EL
LIDER ¿NACE O SE HACE?
La
vida y la historia están llenos de ejemplos de personas que adquirieron
determinada relevancia o estatus alcanzando posiciones de liderazgo (social,
empresarial, deportivo, económico, empresarial…) y algunos llegaron a triunfar
y otros sucumbieron en el intento.
En
la mayoría de los casos, estas personas poseían los conocimientos técnicos e
intelectuales, así como las destrezas técnicas, es decir parecía que lo tenían todo.
Para poder determinar qué capacidades personales favorecían el ejercicio sobresaliente de la función de un ejecutivo en más de 188 empresas, Goleman agrupo las capacidades o competencias en tres categorías:
- Técnicas, como contabilidad y planificación,
- Cognitivas, como razonamiento analítico, e
- Inteligencia emocional, capacidad para trabajar con otros o la efectividad de liderar el cambio.
Pues
bien, el resultado de los análisis arrojó, que, si bien es necesario poseer los
tres tipos, al seleccionar los ejecutivos más eficientes, resulto que la inteligencia emocional resulto ser
dos veces más importante a cualesquiera de las otras, por lo que concluye que la inteligencia emocional
desempeña un papel cada vez más importante en los niveles superiores de las
organizaciones.
LA AUTOCONCIENCIA.
¿Te
conoces a ti mismo?
La
autoconciencia significa tener
una profunda comprensión de las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades
y motivaciones propias. Los líderes
con autoconciencia no son ni extremadamente críticos ni confiados en exceso.
Saben
cómo les afectan sus sentimientos y emociones, así como cómo estas afectan
sobre otras personas y sobre su rendimiento.
La
autoconciencia incluye la comprensión de los valores y objetivos individuales,
es decir, sabe hacia donde se dirige y por qué.
La
autoconciencia es sinceridad, incluso yo añadiría la demostración de que se es
vulnerable, es hablar sobre las emociones que se siente de manera abierta y
acertada (ojo no confundir con de manea efusiva).
Los
líderes con autoconciencia son conscientes de sus fortalezas y debilidades y se
muestran autocriticas consigo mismas de una manera constructiva, por lo que
tienen un grado de autoconfianza maduro, por lo que saben asumir riesgos y desafíos
calculados pero alcanzables.
LA AUTOREGULACION
Nuestras
emociones son dirigidas por impulsos biológicos. La autorregulación, que es como una constante
conversación interior, es el componente de la inteligencia emocional que nos
libera del secuestro de nuestros sentimientos.
Somos
libres de como contestamos a un estímulo externo o interno (emoción), y es en
esta libertad de elección donde radica la autorregulación, decidimos como
reaccionamos, si chillamos, damos un puñetazo en la mesa o nos callamos, por
ejemplo.
Por
otra parte, en un entorno VUCA como en el que nos encontramos, las personas que
regulan sus emociones son capaces de correr junto a los cambios e incluso
liderarlos, son capaces de evitar los juicios, buscan información y escuchan a
sus equipos, las iniciativas progresan y sus equipos crecen con la misma.
Las
señales de un líder con autorregulación emocional son fáciles de detectar.
Propensión a la reflexión y la contemplación; comodidad ante la ambigüedad y
con el cambio (entorno VUCA); e integridad.
LA MOTIVACION
Rasgo
este compartido por todos los lideres eficaces.
La
motivación es el sentirse
impulsado a obtener logros más allá de las expectativas (propias y de los
demás). Su emblema es el logro.
Su
motivación es
intrínseca, es lograr el
éxito, lograr la meta, lograr escalar la cima, con independencia de la recompensa
a la adulación. Se centran en su zona de influencia, en su locus externo, ellos
son el motor y el carburante.
Las
señales, derrochan pasión por el trabajo en sí; buscan retos creativos; adoran
aprender y se enorgullecen del trabajo bien hecho. Siempre buscan la
excelencia, no se conforma con el statu quo, son curiosos, buscan otras maneras
de hacer.
Dado
su afán de mejorar, establecen método para controlar y medir el progreso, el
propio, el de sus equipos y el de la empresa.
Suelen
ser optimistas aun cuando los resultados sean adversos (autorregulación), y
ello porque son conscientes de su labor para contagiar la motivación para
superar la frustración y la depresión.
Y
por lo general esto se refleja en el compromiso hacia la organización, del
líder y por contagio de sus empleados.
LA EMPATIA
Empatía,
pero bien entendida, no se trata de adoptar las emociones de los demás como
propias y tratar de complacer a todo el mundo, significa tener en consideración los
sentimientos de los miembros de los equipos, de los empleados, junto con otros
factores, en el proceso de toma de decisiones inteligentes.
La
empatía es un ingrediente del liderazgo
particularmente relevante por tres razones: el
crecimiento del trabajo en equipo, el rápido ritmo de la globalización y la necesidad
cada vez más importante de retener el talento.
Desarrollo
de equipos, pues el líder debe
de ser capaz de percibir y comprender los puntos de vista y todas las personas
sentadas en una mesa, en un proyecto.
Globalización, pues el dialogo intercultural e intergeneracional
puede conducir fácilmente a equivocaciones y malentendidos. La empatía permite
distinguir las sutilezas del lenguaje corporal, ayudar a captar el meta mensaje
detrás de las palabras, ya que comprenden profundamente la existencia y la
importancia de la diversidad.
La
retención del talento, evitar la fuga,
combinar mentoring y coaching ya que se ha demostrado su eficacia en la mejora
del rendimiento, la satisfacción laboral y por ende menor rotación.
LAS HABILIDADES SOCIALES
Los
tres primeros componentes que hemos
visto Autoconciencia, Autorregulación y motivación son
destrezas para manejarse uno mismo.
Empatía
y habilidades sociales son las aptitudes para
manejarse con los demás.
Las
habilidades sociales son aquellas que nos
sirven para dirigir a las personas en la dirección deseada.
Las
habilidades sociales se manifiestan en el mundo laboral de varias maneras. Las
personas con habilidades sociales son especialistas en la gestión de equipos
(su empatía), en la persuasión (combinación de autoconocimiento, autorregulación
y empatía), y por tanto saben cuándo apelar a la emoción, y/o cuando apelar a
la razón. Su motivación (pasión) se contagia a los demás.
Recordemos
que la responsabilidad de un líder es lograr que el trabajo y sus metas se
hagan a través de otras personas, y las habilidades sociales lo hacen posible.
¡¡¡Buenas
noches!!!
¿Qué hace a un líder? Daniel Goleman