martes, 24 de noviembre de 2020

EL LIDER ¿NACE O SE HACE?

 

EL LIDER ¿NACE O SE HACE?

La vida y la historia están llenos de ejemplos de personas que adquirieron determinada relevancia o estatus alcanzando posiciones de liderazgo (social, empresarial, deportivo, económico, empresarial…) y algunos llegaron a triunfar y otros sucumbieron en el intento.

En la mayoría de los casos, estas personas poseían los conocimientos técnicos e intelectuales, así como las destrezas técnicas, es decir parecía que lo tenían todo.


Pues como dice Goleman, estas destrezas son necesarias, pero no suficientes para ser un buen líder, la condición sine qua non es el despliegue de la inteligencia emocional. Sin ella, una persona puede tener la mejor preparación, una mente incisiva y analítica, y un surtido infinito de ideas inteligentes, pero aun así no será un buen líder.

Para poder determinar qué capacidades personales favorecían el ejercicio sobresaliente de la función de un ejecutivo en más de 188 empresas, Goleman agrupo las capacidades o competencias en tres categorías:

  1. Técnicas, como contabilidad y planificación,
  2. Cognitivas, como razonamiento analítico, e
  3. Inteligencia emocional, capacidad para trabajar con otros o la efectividad de liderar el cambio.

Pues bien, el resultado de los análisis arrojó, que, si bien es necesario poseer los tres tipos, al seleccionar los ejecutivos más eficientes, resulto que la inteligencia emocional resulto ser dos veces más importante a cualesquiera de las otras, por lo que concluye que la inteligencia emocional desempeña un papel cada vez más importante en los niveles superiores de las organizaciones.

LA AUTOCONCIENCIA.

¿Te conoces a ti mismo?

La autoconciencia significa tener una profunda comprensión de las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y motivaciones propias. Los líderes con autoconciencia no son ni extremadamente críticos ni confiados en exceso.

Saben cómo les afectan sus sentimientos y emociones, así como cómo estas afectan sobre otras personas y sobre su rendimiento.

La autoconciencia incluye la comprensión de los valores y objetivos individuales, es decir, sabe hacia donde se dirige y por qué.

La autoconciencia es sinceridad, incluso yo añadiría la demostración de que se es vulnerable, es hablar sobre las emociones que se siente de manera abierta y acertada (ojo no confundir con de manea efusiva).

Los líderes con autoconciencia son conscientes de sus fortalezas y debilidades y se muestran autocriticas consigo mismas de una manera constructiva, por lo que tienen un grado de autoconfianza maduro, por lo que saben asumir riesgos y desafíos calculados pero alcanzables.

 

LA AUTOREGULACION

Nuestras emociones son dirigidas por impulsos biológicos. La autorregulación, que es como una constante conversación interior, es el componente de la inteligencia emocional que nos libera del secuestro de nuestros sentimientos.

Somos libres de como contestamos a un estímulo externo o interno (emoción), y es en esta libertad de elección donde radica la autorregulación, decidimos como reaccionamos, si chillamos, damos un puñetazo en la mesa o nos callamos, por ejemplo.

Por otra parte, en un entorno VUCA como en el que nos encontramos, las personas que regulan sus emociones son capaces de correr junto a los cambios e incluso liderarlos, son capaces de evitar los juicios, buscan información y escuchan a sus equipos, las iniciativas progresan y sus equipos crecen con la misma.

Las señales de un líder con autorregulación emocional son fáciles de detectar. Propensión a la reflexión y la contemplación; comodidad ante la ambigüedad y con el cambio (entorno VUCA); e integridad.

LA MOTIVACION

Rasgo este compartido por todos los lideres eficaces.

La motivación es el sentirse impulsado a obtener logros más allá de las expectativas (propias y de los demás). Su emblema es el logro.

Su motivación es intrínseca, es lograr el éxito, lograr la meta, lograr escalar la cima, con independencia de la recompensa a la adulación. Se centran en su zona de influencia, en su locus externo, ellos son el motor y el carburante.

Las señales, derrochan pasión por el trabajo en sí; buscan retos creativos; adoran aprender y se enorgullecen del trabajo bien hecho. Siempre buscan la excelencia, no se conforma con el statu quo, son curiosos, buscan otras maneras de hacer.

Dado su afán de mejorar, establecen método para controlar y medir el progreso, el propio, el de sus equipos y el de la empresa.

Suelen ser optimistas aun cuando los resultados sean adversos (autorregulación), y ello porque son conscientes de su labor para contagiar la motivación para superar la frustración y la depresión.

Y por lo general esto se refleja en el compromiso hacia la organización, del líder y por contagio de sus empleados.

LA EMPATIA

Empatía, pero bien entendida, no se trata de adoptar las emociones de los demás como propias y tratar de complacer a todo el mundo, significa tener en consideración los sentimientos de los miembros de los equipos, de los empleados, junto con otros factores, en el proceso de toma de decisiones inteligentes.

La empatía es un ingrediente del liderazgo particularmente relevante por tres razones: el crecimiento del trabajo en equipo, el rápido ritmo de la globalización y la necesidad cada vez más importante de retener el talento.

Desarrollo de equipos, pues el líder debe de ser capaz de percibir y comprender los puntos de vista y todas las personas sentadas en una mesa, en un proyecto.

Globalización, pues el dialogo intercultural e intergeneracional puede conducir fácilmente a equivocaciones y malentendidos. La empatía permite distinguir las sutilezas del lenguaje corporal, ayudar a captar el meta mensaje detrás de las palabras, ya que comprenden profundamente la existencia y la importancia de la diversidad.

La retención del talento, evitar la fuga, combinar mentoring y coaching ya que se ha demostrado su eficacia en la mejora del rendimiento, la satisfacción laboral y por ende menor rotación.

LAS HABILIDADES SOCIALES

Los tres primeros componentes que hemos visto Autoconciencia, Autorregulación y motivación son destrezas para manejarse uno mismo.

Empatía y habilidades sociales son las aptitudes para manejarse con los demás.

Las habilidades sociales son aquellas que nos sirven para dirigir a las personas en la dirección deseada.

Las habilidades sociales se manifiestan en el mundo laboral de varias maneras. Las personas con habilidades sociales son especialistas en la gestión de equipos (su empatía), en la persuasión (combinación de autoconocimiento, autorregulación y empatía), y por tanto saben cuándo apelar a la emoción, y/o cuando apelar a la razón. Su motivación (pasión) se contagia a los demás.

Recordemos que la responsabilidad de un líder es lograr que el trabajo y sus metas se hagan a través de otras personas, y las habilidades sociales lo hacen posible.

 

¡¡¡Buenas noches!!!

¿Qué hace a un líder? Daniel Goleman

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