domingo, 20 de enero de 2013

FROM GOOD TO GREAT. (Jim Collins) DIA 2. LO BUENO ES ENEMIGO DE LO MAGNIFICO


Esta semana leí en el Facebook de Ken Blanchard una reflexión muy interesante:

Time flies, especially when you are having fun making a difference!,

El tiempo vuela, especialmente cuand te estas divirtiendo por marcar la diferencia.

Es cierto que cuando uno se enfrenta al reto, se compromete con él, y ese reto puede marcar la diferencia, el talento propio fluye a raudales y entonces el tiempo se pasa en nada, volando. Se de lo que hablo porque estos cuatro últimos meses se han pasado volando.

LIDERANDO PERSONAS

FROM GOOD TO GREAT. (Jim Collins) DIA 2.  LO BUENO ES ENEMIGO DE LO MAGNIFICO


Continuamos con los últimos 3 de los siete principios que todo líder debe conocer para dar el salto de lo bueno a lo mejor.

·        Una cultura de disciplina, pero con un concepto de disciplina distinto al que quizás estemos pensando.
·         El uso adecuado y no indiscriminado de la tecnología, como consecuencia de mejorar y no como causa para mejorar. (interesantísima la perspectiva que aporta)
·         La transformación como resultado de un proceso y no un evento concreto, muy ilustrativo y lo que el que aspire a líder debe conocer para no impacientarse y entender que el tiempo es importante manejarlo adecuadamente, ni hiperactividad ni autocomplacencia.


5. Una cultura de disciplina

“La libertad es solo parte de la historia y media verdad… por eso recomiendo que la Estatua de la Libertad de la costa este se complementada por una Estatua de la Responsabilidad en la coste oeste”. Victor E. Frankl

La libertad ha de estar compensada por la responsabilidad.

·         Los resultados magníficos sostenidos dependen del hecho de fomentar una cultura llena de personas disciplinadas que toman medidas disciplinadas, en función de los tres círculos.
(ver entrada anterior)

·         Las culturas burocráticas surgen para compensar la incompetencia y la falta de disciplina, que emerge por tener a las personas equivocadas en el autobús. Si tienes a las personas adecuadas en el autobús, y a las inadecuadas fuera de él, no necesitas una burocracia agobiante.

·         Una cultura de disciplina presenta una dualidad. Por un lado, requiere gente que se adhiera a un sistema sólido y recto; y, por otro lado, da a la gente libertad y responsabilidad dentro de los límites de ese sistema.

·   Una cultura de disciplina no contempla únicamente la acción. Supone tener gente disciplinada que tenga un pensamiento disciplinado y que tome medidas disciplinadas.

·         Las compañías que han dado el salto parecen aburridas y prosaicas desde fuera, pero si se inspeccionan más de cerca, se puede ver que están llenas de personas que muestran una diligencia extrema y una motivación sorprendente (tienen su propia receta del éxito).

·   No hay que confundir una cultura de disciplina con un estado de tiranía: son conceptos muy diferentes, uno altamente funcional, el otro altamente disfuncional. El líder que impone su disciplina a través de la fuerza de su personalidad no suele alcanzar resultados sostenibles.

·   La forma de disciplina más importante para obtener resultados sostenidos es la adherencia fanática al concepto principal y la capacidad de desestimar oportunidades que no entran dentro de los tres círculos.

·        Cuanta más disciplina tenga una compañía para permanecer dentro de sus tres círculos, y más perseverante se muestre, mayores serán sus oportunidades de crecimiento.

·         El hecho de que algo sea «una oportunidad de esas que sólo se presentan una vez en la vida» no tiene sentido, a menos que encaje dentro de los tres círculos. Una gran compañía tendrá muchas oportunidades de esas «que sólo se presentan una vez en la vida».

·          El objetivo de la planificación presupuestaria en una compañía que ha dado el salto no es decidir cuánto se va a destinar a cada actividad, sino decidir qué áreas encajan mejor con su principal actividad y se tienen que financiar completamente y cuáles no se tienen que financiar en absoluto.

·         Las listas de «esas que hay que dejar de hacer» son más importantes que las has de «cosas que hay que hacer».

Las empresas, cuando se crean, nacen en un ambiente igualitario y de espíritu emprendedor. Y cuando crecen se hacen complejas, y fichan a ejecutivos profesionales para poner orden e imponer normas burocráticas. Pero esas normas suelen matar el espíritu emprendedor, y a veces hacen dejar la empresa a los mejores. ¿Cómo evitarlo? El problema reside, sobre todo, en tener gente buena o no tan buena.

La burocracia es, sobre todo, para la gente no tan buena. De hecho, los controles, las normas rígidas, son, si lo miramos bien, un sucedáneo frente a la alternativa de echar de la empresa a la gente que ya sabemos que no siguen las políticas deseadas. Por mucho que el director de una orquesta se empeñe en hacer que un músico malo o en desacuerdo con la línea musical que él quiere imponer toque como él quiere, no lo conseguirá. Lo mejor es echar al músico en cuestión, y buscar a otro.

En las empresas pasa igual, pero muchos líderes o no se dan cuenta, o creen que con la adecuada burocracia serán capaces de poner en vereda a los "no alineados". Y a menudo, lo único que consiguen es que sus mejores elementos se harten de tantos controles y crean que han perdido la confianza del empresario. Y, en consecuencia, se marchen.

Gente incompetente o indisciplinada y burocracia forman un círculo vicioso que puede acabar con una empresa.

En el libro, Collins muestra que las empresas exitosas tienden a eliminar burocracia y jerarquías, pero las sustituyen por CULTURA DE DISCIPLINA Y ESPIRITU EMPRENDEDOR.

Es interesante analizar estos dos conceptos en una matriz de dos dimensiones:



No es nada fácil combinar disciplina con espíritu emprendedor. Lo normal en muchas empresas es tener poca disciplina y poco espíritu emprendedor.

Si se desarrolla la disciplina, se corre el riego de caer en una organización militarizada, donde se ahoga toda creatividad, y se gestiona por el miedo. No suelen ser empresas muy innovadoras o creativas. Quizás sirven en períodos de madurez de mercado o producto, cuando la cuestión principal es "conservar", mientras dure la posición que se tiene, sin aspirar a mejorarla.

Si se trata de desarrollar el sentido empresarial, pocas veces se tiene éxito si no se desarrolla en paralelo la cultura de disciplina, salvo que la empresa opte por disgregar mucho sus negocios, manteniéndolos de tamaño reducido, y dotándolos de una máxima autonomía, asemejándolos a pymes.

En definitiva, las empresas que combinan disciplina con sentido empresarial son las que alcanzan resultados excelentes. Compatibilizan lo mejor de la gran empresa con lo mejor de la pequeña.

Cuando se refieren a disciplina quieren decir respeto y seguimiento de las normas, respeto al presupuesto, valoración del desempeño anual en base al presupuesto inicial, o cumplimiento estricto de lo decidido o acordado, es decir, algo que parece sencillo y de sentido común, pero que no parece ser tan común. Todo aquello que hace que una organización sea seria "por cultura", por convencimiento de las personas que la componen, porque ellas mismas con serias. Y que los directivos no se pasen el día estableciendo controles y debatiendo conductas inapropiadas sin atajarlas por lo sano, en una especie de queja general algo hipócrita y, desde luego, absurda.

Los lideres no pueden estar controlando y dirigiendo continuamente a sus empleados, han de dotarse de un buen sistema, de un buen modelo, y de gente auto-disciplinada que se adhiera al sistema y se sepa manejar en él, y el empresario ha de estar dispuesto a ajustar periódicamente el sistema, para mantenerlo eficiente y adaptarlo a la realidad cambiante. Y para ello ha de escuchar a sus empleados y a sus clientes, y entender el entorno y su evolución. Los líderes han de quitarse el miedo a sentarse a escuchar a sus empleados y a sus clientes. A veces escucharán cosas que no les gustarán, pero el ejercicio siempre vale la pena. Es como el ejemplo del cliente, el que te quiere seguir comprando por lo general se quejará y es bueno escucharlo, el que no dice nada, por lo general es el que dejará de comprar, asi pues el que se queje, escúchalo, es el que quiere que lo hagas mejor.

Pocas empresas tienen la disciplina suficiente para encontrar su "concepto", y muchas menos para mantenerse dentro del mismo. De alguna manera nos recuerda al famoso "zapatero a tus zapatos" que nos decían en el best-seller de "En busca de la excelencia", ya hace algunos años. Pero es muy difícil decir que no a algunas "grandes oportunidades" que se presentan como grandes negocios, aunque el empresario no sepa nada de ellos.

6. Saben usar la tecnología

·         Las compañías que han dado el salto piensan de forma diferente sobre la tecnología y el cambio tecnológico que las mediocres.

·         Las compañías que han dado el salto evitan las novedades tecnológicas y las modas, sin embargo son pioneras en la aplicación de tecnologías cuidadosamente seleccionadas.

·         La cuestión más importante en relación con cualquier tecnología es: ¿encaja la tecnología directamente con nuestra actividad principal? Si es así, entonces hay que ser pionero en la aplicación de esa tecnología. De lo contrario, habrá que buscar un equilibrio o ignorarla totalmente.

·     Las compañías que han dado el salto utilizan la tecnología como un impulso acelerador, no como un creador del mismo. Ninguna de estas compañías inició su transformación con tecnología pionera; sin embargo todas fueron pioneras en la aplicación de la tecnología una vez que captaron cómo encajaba con sus tres círculos y tras un período próspero.

·         Se habría podido partir exactamente de las mismas tecnologías en cuya aplicación fueron pioneras las compañías que han dado el salto y ponerlas a disposiciónde las compañías de comparación sin coste alguno, y aun así, éstas habrían seguido sin producir los mismos resultados, ni de lejos.

·         El modo de reaccionar de una compañía al cambio tecnológico es un buen indicador de su disposición interna a la grandeza en lugar de a la mediocridad. Las compañías magníficasresponden con consideración y creatividad, movidas por un impulso por convertir su potencial en resultados; las compañías mediocres reaccionan y se tambalean, motivadas por el miedo quedarse atrás.

·         La idea de que el cambio tecnológico es la causa principal del declive de las compañías que en un momento dado fueron «grandes» (o de la eterna mediocridad de otras) no se ve respaldada por la evidencia. Ciertamente, una compañía no puede quedarse atrás y pretender ser «grande», pero la tecnología en sí misma nunca es la causa principal del éxito o del fracaso.

·         «Arrastrarse, andar y correr» puede ser un enfoque muy efectivo, incluso durante épocas de cambio tecnológico rápido y radical.

Las empresas excelentes saben usar la tecnología y los sistemas de forma selectiva, porque creen que nunca es el medio primario por el que se inicia una transformación, aunque ayude a realizarla.

7. Un proceso lento y continuado

·         Las transformaciones de las empresas de buenas a magníficas suelen parecer radicales y revolucionarias para aquellos que las observan desde fuera, pero para los que las viven desde dentro se trata de procesos orgánicos, acumulativos. La combinación de unos resultados finales espectaculares y un proceso lento y paulatino sesga nuestra percepción de lo que realmente funciona a largo plazo.

·         Por drástico que sea el resultado final, las transformaciones de las empresas de buenas a magníficas nunca se han producido de golpe. No ha habido ninguna sola acción decisiva, ningún gran programa, ninguna innovación definitiva, ningún golpe de suerte aislado ni ningún momento milagroso.

· Las transformaciones sostenibles siguen un patrón predecible de creación/acumulación y ruptura/avance. Como empujar un disco gigante y pesado: hace falta mucho esfuerzo para conseguir que se mueva, pero empujando persistentemente en una dirección constante durante un período de tiempo largo, el disco acumulará impulso, y acabará alcanzando el punto de ruptura.

·         Cuidado con el patrón opuesto: la espiral de declive. En lugar de acumular impulso -vuelta tras vuelta del disco- tratan de saltar directamente al punto de ruptura. Entonces, con resultados desalentadores, van de aquí para allá, sin conseguir mantener un rumbo fijo.

·         Por regla general, las compañías de comparación trataron de provocar una ruptura mediante adquisiciones grandes e inadecuadas. Las compañías que dieron el salto, por el contrario, principalmente realizaron su gran adquisición después de la ruptura, para asi acelerar el impulso de un disco que ya estaba rodando con cierta velocidad.

·         Los que están dentro de las compañías que han dado el salto no son conscientes de la magnitud de su transformación en el momento en que ésta se produce; sólo después, retrospectivamente, les resulta clara. No hay ningún nombre, evento de lanzamiento o programa para designar lo que les ocurrió en ese momento.

·         Los líderes de las compañías que dieron el salto no gastaron prácticamente energías tratando de buscar adeptos, «motivar a las tropas» o «gestionar el cambio». En las condiciones adecuadas, los problemas de compromiso, alineación, motivación y cambio desaparecen. La aceptación, principalmente, sigue a los resultados y al impulso, no al revés.

·         Las presiones de Wall Street a corto plazo no fueron un obstáculo para el seguimiento de este modelo. El efecto disco no entra en conflicto con estas presiones. En realidad, es la clave para superarlas.

No se planteaban procesos de transformación lanzando proyectos milagrosos y teóricamente rápidos que los catapultasen hacia el éxito, sino procesos pacientes, lentos pero continuados. Dice Collins que él lo ve como alguien que gira lenta y constantemente una manivela para poner en marcha un motor, y que no se pone en marcha hasta que ha acumulado una inercia suficiente, y entonces arranca de golpe.


Y con este día acabamos con la aventura de las empresas y lideres que sobresalen. From Good to Great de Jim Collins.


Más comentarios en mi Web (pincha aquí)

sábado, 12 de enero de 2013

LIDERANDO PERSONAS FROM GOOD TO GREAT. (Jim Collins) DIA 1. LO BUENO ES ENEMIGO DE LO MAGNIFICO


LIDERANDO PERSONAS

FROM GOOD TO GREAT. (Jim Collins) DIA 1.  LO BUENO ES ENEMIGO DE LO MAGNIFICO

Resumen y comentarios de las ideas básicas del libro "Good to great", de Jim Collins

¿Qué hace que una empresa normal se convierta en excepcional? ¿Qué hace que una empresa tenga más éxito que otra?


Según Collins, que ha analizado una gran cantidad de empresas norteamericanas cotizadas hasta seleccionar un grupo de ellas que en un momento dado dieron un salto enorme en su cotización, distanciándose radicalmente de sus competidores, ese salto se produjo cuando en una empresa se dieron los SIETE PRINCIPIOS o ideas de gestión que desarrolla en el libro:

1.    Tenían unos líderes especiales: a los que llama "líderes de nivel 5".
2.    Se planteaban primero quién y luego qué. No al revés.
3.    Combinaban bien una alta dosis de realismo con una completa fe en el éxito.
4.    Guiaban sus acciones hacia un único concepto estratégico simple y claro.
5.    Adoptaban una cultura de disciplina.
6.    Sabían usar la tecnología.
7.    Realizaban su transformación en un proceso lento y continuado.

1.- "Líderes de nivel 5"

Líderes que son a la vez ambiciosos y humildes. Parecen dos virtudes incompatibles, pero no lo son. Los líderes de las empresas más exitosas tenían esa extraña combinación.

·         Toda compañía que ha dado el salto ha tenido liderazgo de nivel 5 durante los años de transición.

·         El «nivel 5» se refiere a una jerarquía de capacidades ejecutivas de cinco niveles, con el nivel 5 en lo más alto. Los líderes de nivel 5 representan una combinación paradójica de humildad personal y voluntad profesional. Son ambiciosos, no hay duda, pero ambiciosos sobre todo para la compañía, no para con ellos mismos.



·         Los líderes de nivel 5 eligen a sus sucesores para conseguir todavía más éxito en la siguiente generación, mientras que los líderes egocéntricos de nivel 4 suelen elegir a sus sucesores para el fracaso.

·         Los líderes de nivel 5 muestran una gran modestia, son sencillos y humildes. Por el contrario, dos terceras partes de las compañías de comparación tuvieron líderes con un ego superlativo que contribuyó a la desaparición o a la mediocridad continuada de la compañía.

·         Los líderes de nivel 5 rozan el fanatismo, contagiados por una necesidad incurable de producir resultados sostenidos. Están decididos a hacer lo que sea necesario para que la compañía sea magnífica, por importantes o difíciles que sean las decisiones que tengan que tomar.

·         El liderazgo de nivel 5 exhibe una diligencia competente: un caballo más de labranza que de competición.

·         Los líderes de nivel 5 miran por la ventana para atribuir el éxito a factores ajenos a sí mismos. Cuando las cosas van mal, sin embargo, se miran al espejo y se culpan a sí mismos, asumiendo toda la responsabilidad. Los directores generales de las compañías de comparación suelen hacer justo lo contrario: se miran al espejo para atribuirse el mérito del éxito, pero miran por la ventana para echar la culpa fuera por unos resultados desalentadores.

·         Una de las tendencias más perjudiciales de la historia reciente es la inclinación (especialmente de los consejos de administración) a elegir celebridades, líderes famosos, y a no seleccionar líderes de nivel 5 en potencia.

·         Creo que los líderes de nivel 5 en potencia existen a nuestro alrededor, pero tendríamos que saber lo que buscar, y que mucha gente tiene el potencial para evolucionar al nivel 5.



Los líderes famosos, eternos, que proceden de fuera de la empresa influyen negativamente en la posibilidad de que una empresa dé el salto de buena a magnífica. Diez de los once directores generales de las empresas que habían dado el salto procedían de dentro de la compañía, mientras que las compañías de comparación lo intentaron con directores generales externos en una proporción de seis veces más.

Los líderes de nivel 5 atribuyen gran parte de su éxito a la buena suerte, en lugar de a la grandeza personal.


2. -Primero quién y luego qué

Lo normal es plantear primero qué y luego con quién, pero estas empresas no lo hicieron así. Le dieron toda la importancia a las personas, al equipo directivo. Primero se aseguraron de que el equipo era adecuado, que no faltaba ni sobraba nadie. Los líderes empezaron por mantener o fichar a los mejores (y echar a los peores), luego diseñaron una estrategia (con ellos), y la pusieron en práctica.

La idea es que un equipo bueno y cohesionado es más eficaz en el proceso de operativización de la estrategia, que es tanto o más importante que la estrategia en sí misma. Y que ese equipo es capaz de modificar esa estrategia, si es necesario, sobre la marcha.

·         Los líderes de las compañías que dieron el salto empezaron la transformación haciendo en primer lugar que subiera la gente adecuada al autobús (y haciendo que bajara la gente inadecuada) y luego averiguando adónde dirigirlo.

·         El punto más importante de este capítulo no es sólo la idea de conseguir a la gente adecuada para el equipo. El punto más importante es que las preguntas sobre «quién» se hagan antes que las decisiones sobre «qué», antes de la visión, de la estrategia, de la organización, de las tácticas. Primero «quién», luego «qué», como una disciplina rigurosa, aplicada con criterio.

·         Las compañías de comparación suelen seguir el modelo «del genio con miles de ayudantes»: un genio-líder que define una visión y que selecciona a un equipo de personas altamente capacitadas (“ayudantes”) para que esa visión se haga realidad. Este modelo fracasa cuando el genio se va.

·         Los líderes de compañías que han dado el salto son rigurosos, no crueles, con las decisiones relativas a la gente. No utilizan los despidos y las reestructuraciones como una estrategia para incrementar la rentabilidad de la empresa. Las compañías de comparación suelen utilizar los despidos en mayor medida.

·         Descubrimos tres disciplinas prácticas para ser riguroso con las decisiones relativas a la gente:
                     I.        En caso de duda, no contratar, seguir buscando. (Conclusión: una compañía tiene que limitar su crecimiento basándose en su habilidad para atraer a un número suficiente de personas adecuadas.).
                   II.        Si sabes que tienes que hacer un cambio de gente, hazlo. (Conlusión: primero hay que asegurarse de que no se tiene a alguien simplemente ocupando el asiento inadecuado.)
                  III.        Destinar a los mejores las mejores oportunidades, no los problemas más graves. (Conclusión: si liquidas tus problemas, no liquides a tus mejores profesionales.)

·         Los equipos directivos de compañías que han dado el salto están compuestos por gente que debate enérgicamente en busca de las mejores respuestas, que trata de unificar sus decisiones, independientemente de sus intereses personales.

El viejo refrán «la gente es el activo más importante» es impreciso. Las personas no son el activo más importante. Las personas adecuadas lo son.

Que alguien sea la «persona adecuada» tiene más que ver con los rasgos de carácter y las capacidades innatas que con sus conocimientos, experiencias o habilidades específicas.

3. Hacer frente a las adversidades y no perder nunca la fe.

Líderes que afrontan la situación de la empresa con realismo, pero no pierden la fe en el éxito.

·         Todas las compañías que dieron el salto iniciaron el proceso de búsqueda de un camino hacia la grandeza haciendo frente a los hechos adversos de la realidad del momento.

·         Si realizas un esfuerzo honesto y diligente por determinar la verdad de tu situación, generalmente las decisiones adecuadas se pondrán de manifiesto por sí solas. Es imposible tomar buenas decisiones sin abordar el proceso haciendo frente honestamente a los hechos adversos.

·         Una tarea muy importante para que una compañía dé el salto es crear una cultura en la que la gente tenga la gran oportunidad de ser escuchada y, en última instancia, para que la verdad salga a la luz.

·         Crear un clima en el que la verdad sea oídaconlleva cuatro prácticas básicas:
1.    Liderar con preguntas, no con respuestas.
2.    Entablar un diálogo y un debate participativos, no coercitivos.
3.    Analizar la situación, sin culpar a nadie.
4.    Crear mecanismos de «bandera roja» que conviertan la información en información que no se puede ignorar.

·         Las compañías que dieron el salto tuvieron que hacer frente a las mismas dificultades que las compañías de comparación, pero respondieron a ellas de forma diferente. Se enfrentaron cara a cara con la realidad de su situación. En consecuencia, emergieron de las adversidades todavía más fuertes.

·         Un argumento psicológico fundamental para que una compañía pueda dar el salto es la Paradoja de Stockdale: mantener la fe en que uno puede prevalecer y en que al final prevalecerá, independientemente de las dificultades, y al mismo tiempo hacer frente a los hechos más adversos de la realidad actual, cualesquiera que sean.

El carisma puede ser tanto un pasivo como un activo, ya que la fuerza de tu personalidad de liderazgo puede desalentar a la gente de presentarte los hechos tal y como son.

El liderazgo no es sólo tener visión. Empieza por conseguir que la gente se enfrente a los hechos tal y como son y actúe de acuerdo con sus consecuencias.

Consumir tiempo y energía tratando de «motivar» a la gente es hacer un esfuerzo en vano. La verdadera pregunta no es: “¿Cómo motivar a los nuestros?”; si tienes a las personas adecuadas, ya se habrán motivado a sí mismas. La clave es no desmotivarlas. Una de las formas principales de desmotivar a la gente es ignorar los hechos tal y como se presentan.


4.- Un único concepto estratégico, simple y claro

Son empresas capaces de sustentar sus estrategias en un profundo entendimiento de tres puntos:

1.    En que pueden ser "los mejores del mundo" (yendo más allá del famoso "zapatero a los zapatos"),
2.    Cuál es su motor económico, el indicador básico que empuja su rentabilidad,
3.    En qué son totalmente apasionados

Y, a partir del análisis de esos tres elementos, consiguen trasladarlo a un concepto simple y cristalino que guía todos sus esfuerzos.

La existencia de ese "concepto" es un elemento clave en todas la empresas identificadas como extraordinariamente exitosas por Collins y su equipo.

·         Para dar el salto hay que tener un conocimiento profundo de los tres círculos, que interseccionan y que se traducen en un concepto simple, cristalino (la idea principal),



·         La clave es saber aquello en lo que tu empresa o proyecto puede ser la mejor del mundo, y no menos importante, aquello en lo que no puede serlo; no en qué «quiere» ser la mejor. No hablamos de un hito, una estrategia o una intención; hablamos de un conocimiento.

·         Si no puedes ser el mejor del mundo en tu negocio principal, entonces tu negocio no puede constituir la base para llegar a ese conocimiento.

·         El concepto de «mejor del mundo» va mucho más allá de la simple competencia. Puede que tengas una competencia, pero no necesariamente tendrás la capacidad para ser realmente el mejor del mundo en esa competencia. Inversamente, puede haber actividades con las que puedas llegar a ser el mejor del mundo, pero en las que actualmente no tengas competencia.

·         Para llegar al conocimiento de lo que mueve tu motor económico, tienes que descubrir cuál es el denominador(beneficio por x o cash flow por x) que tiene el mayor impacto.

·         Las compañías que han dado el salto definen sus objetivos y estrategias basándose en el conocimiento; las compañías de comparación lo hacen desde la pura especulación.

·         Llegar a alcanzar ese conocimiento es un proceso iterativo.

Las compañías que han dado el salto actúan como erizos (criaturas simples, trasnochadas, que saben «una cosa importante» y se aferran a ella). Las compañías de comparación actúan más bien como los zorros (criaturas astutas, ingeniosas, que saben muchas cosas, pero que carecen de consistencia).

Las compañías que han dado el salto han tardado una media de cuatro años en descubrir el concepto principal o eje central sobre el que dirigir todo su esfuerzo.

La estrategia por sí misma no diferencia a las compañías que han dado el salto de las compañías de comparación. Ambos grupos han tenido estrategias, y no hay ninguna evidencia de que las que han dado el salto dedicaran más tiempo a la planificación estratégica que las compañías de comparación.

No es necesario estar en un sector en auge para producir resultados magníficos sostenidos. Por pésimo que fuera el estado en que se encontrase el sector, todas las compañías que dieron el salto descubrieron cómo producir resultados económicos realmente superiores.