LIDERANDO PERSONAS
FOCUS. DESARROLLAR LA AtenciónPARA ALCANZAR LA EXCELENCIA. Día 9. LEYENDO A LOS DEMAS. LA SENSIBILIDAD SOCIAL.(Daniel Goleman).
Todas nuestras interacciones van acompañadas de una continua corriente de información no verbal que discurre en ambas direcciones. Y los mensajes transmitidos por esa información son tanto o más importantes que lo que incluso podamos estar diciendo.
Las personas propensas a dar pasos en falso tienen dificultades para detectar las grandes reglas implícitas en una situación y conectar con los signos sociales que están haciendo sentirse incómodos a los demás. Su ínsula esta fuera de onda. Son diagnosticados de dislexia social.
LA COMPRENSION DEL CONTEXTO.-
Es inevitable que cuando nos adentramos en una nueva cultura cuyas reglas ignoramos, incurramos inadvertidamente en todo tipo de errores de protocolo.
Quienes en una economía global, se dedican a hacer negocios con diferentes tipos de personas, deben de tener una especial sensibilidad hacia las normas implícitas. Es curioso, pero esta semana he conocido a un líder de una importante corporación que reflejaba esta inteligencia social.
La habilidad intercultural para la sensibilidad social parece ligada a la empatía cognitiva. Debido a su mayor velocidad para descubrir las normas implícitas y aprender los modelos mentales exclusivos de una determinada cultura, los lideres que destacan en esta asunción de perspectiva, por ejemplo, son los que mejor se desenvuelven en ultramar.
Hay que tener en cuenta también que las reglas fundamentales también dependen de la persona que tengamos al lado.
La atención al contexto nos permite reconocer pistas sociales sutiles que pueden determinar nuestra conducta. Quienes permanecen así conectados actúan con habilidad con independencia de la situación en la que se encuentren. No solo saben lo que deben decir y hacer, sino también, de un modo igualmente vital, lo que no deben decir ni hacer. Se atienen instintivamente a ese algoritmo universal de la etiqueta que consiste en comportarnos del modo en que vemos que se comportan los demás, algoritmo sabiamente recogido por la sabiduría popular, "alli donde fueras, haz lo que vieres".
La sensibilidad hacia el modo en que la gente se siente con respecto a lo que hacemos o decimos nos permite atravesar con éxito cualquier campo con minas sociales.
LA DIVISION INVISIBLE DEL PODER.-
La capacidad de los poderosos de ningunear a las personas (y las verdades incomodas) y de no prestarles atención ha acabado convirtiéndose en un tema de interés de los psicólogos sociales, que están estudiando las relaciones entre poder y la gente a la que prestamos más y menos aceptación.
Es comprensible que prestemos atención a las personas que mas valoramos. Quienes carecen de recursos y tienen una frágil estabilidad "deben de apoyarse en los demás".
Dacher Keltner, psicólogo de la Universidad de Berkeley, ha realizado estudios e investigaciones minuciosas al respecto. En ellas concluye que los pobres están especialmente atentos a los demás y a sus necesidades. Los ricos por su parte, pueden comprar ayuda, pagar las atenciones de un centro de cuidado de dio o contratar canguro o aquédelos servicios para su cuidado y sus seres queridos. Esto también significa que los ricos suelen ser también menos consientes y prestar menos atención a las necesidades ajenas.
Su investigación ha puesto de relieve esta falta de aprecio en sesiones de solo cinco minutos. Los más ricos muestran menos signos de compromiso (contacto ocular, asentimiento de cabeza y/o sonrisas) y mas muestras de desinterés (mirar el reloj, garabatear en un papel o moverse nerviosamente), se muestran en suma más fríos, mientras que los de origen humilde, parecen más comprometidos, cordiales y expresivos.
Las personas de estratos sociales más poderosos tienden a ser los más indiferentes y los que menos parecían sentir el dolor ajeno, así como las menos empáticas y menos compasivas.
Asimismo, el estudio de Keltner puso de relieve las lagunas existentes para leer las emociones en las expresiones faciales de quienes ocupan los niveles más elevados de una organización. Los individuos con un estatus más elevado tienden a centrar menos la mirada en la persona con la que se relacionan, con el consiguiente aumento de probabilidad de que interrumpan y monopolicen la conversación, signos evidentes de desatención.
Las personas pertenecientes a un estatus social inferior, por su parte, se desenvuelven mejor en pruebas de exactitud empática, como leer las emociones de otra persona en su rostro o hasta en los músculos que rodean sus ojos. En definitiva, prestan una mayor atención a los demás que la que prestan quienes ocupan un nivel más elevado.
Existe una variable muy sencilla que nos ayuda a identificar el lugar que ocupa cada persona en la escala de poder. ¿Cuánto tiempo tarda la persona A en responder un mensaje enviado por la persona B? Y es que, cuanto más tiempo ignora alguien un mensaje antes de responder, mas alto es su estatus social relativo. ¿Interesante, verdad? pero nada que nos sorprenda.
Existe un algoritmo desarrollado por la Universidad de Columbia, "detección de la jerarquía social automatizada", el cual, aplicado al tráfico de correo electrónico del grupo Enron Corporation, consiguió identificar correctamente, teniendo solo en cuenta el tiempo transcurrido en responder al los mensajes de una determinada persona, quienes eran los jefes y quienes los subordinados. Las agencias de inteligencia han apelado, del mismo modo, a este tipo de técnicas para esbozar la cadena de mando de sospechosos de terrorismo e identificar a las figuras clave.
La atención que prestamos a los demás parece depender del lugar que creemos ocupar en la escala social, siendo mayor la vigilancia cuanto más subordinados nos creemos y menor, por el contrario, cuando nos sentimos superiores. El corolario de todo ello es que, cuanto más nos importa algo, más atención le prestamos y mas, en consecuencia lo cuidamos, y esta conclusión muestra la profunda relación entre la atención y el amor.
¡¡¡Feliz semana!!!