DOS HISTORIAS DE SUPERVIVENCIA.-
Liderazgo y gestión emocional.
La Expedicion de El Karluk
Durante su viaje en agosto de 1913 el Karluk quedó atrapado
en el hielo del Ártico, mientras se dirigía a un punto de encuentro en la isla
Herschel. Después de una larga deriva en el Mar de Beaufort y el Mar de
Chukchi, el barco fue aplastado por el hielo y se hundió. Once hombres murieron antes que la ayuda
pudiera llegar. Uno de ellos fue el capitán Peter Bernard.
100 años después de la muerte del capitán durante esa
expedición en el Ártico, un equipo de científicos se lanza sobre sus pasos y
espera resolver el misterio que rodea su
desaparición.
El Capitán Peter Bernard de la Isla del Prince Edward Island
formaba parte de un grupo de unas veinte personas, científicos y tripulación,
que navegó hacia el Ártico a bordo del Karluk, en el marco de una expedición de
mapeo de zonas inexploradas del mundo, que tuvo lugar desde 1913 hasta 1918.
La Expedición canadiense estaba bajo el mando del antropólogo
Vilhjalmur Stefansson
La expedición ártica
es el último viaje del Karluk, el buque
insignia de la Expedición del Ártico canadiense (1913-1918), que terminó con la pérdida de la nave y
la muerte de casi la mitad de su tripulación.
Durante su viaje en agosto de 1913 el Karluk, un bergantín
antiguamente utilizado para la caza de ballenas, quedó atrapado en el hielo del
Ártico, mientras se dirigía a un punto de encuentro en la isla Herschel. Después
de una larga deriva en el Mar de Beaufort y el Mar de Chukchi, el barco fue
aplastado por el hielo y se hundió.
En los meses que siguieron, la tripulación y el personal de
la expedición lucharon por sobrevivir, primero en el hielo y más tarde en las
costas de la isla de Wrangel. En
total, once hombres murieron antes que la ayuda pudiera llegar a ellos.
La Expedición ártica canadiense fue organizada bajo la
dirección del antropólogo canadiense Vilhjalmur Stefansson y tenía metas tanto
científicas como geográficas.
Poco después de que el Karluk, fuera atrapado Stefansson y un
pequeño equipo abandonaron el barco para ir a la caza del caribú. A medida que
el Karluk derivaba en el hielo, el equipo fue incapaz de volver a bordo. Por lo
tanto, Stefansson se dedica a los otros objetivos de la expedición, dejando a
la tripulación y el personal de a bordo de la nave a cargo de su capitán Robert
Bartlett.
Tras el hundimiento, Bartlett organizó una marcha a Wrangel
Island a 130 kilómetros de distancia. Las condiciones del hielo eran difíciles
y peligrosas, y dos grupos de cuatro
hombres cada uno se perdieron en el intento de llegar a la isla.
Después de que los sobrevivientes
desembarcaron, Bartlett, acompañado por un solo compañero Inuit, partió hacia
la costa de Siberia. A partir de ahí, después de varias semanas de arduo viaje,
Bartlett llegó finalmente a Alaska, pero las condiciones del hielo impidieron
cualquier misión de rescate en lo inmediato por lo que el equipo se quedó
atrás.
Sobrevivieron
cazando, pero carecían de comida y estaban preocupados por las divisiones
internas. Antes de su rescate en septiembre de 1918, otros tres hombres
resultaron muertos, dos de enfermedad y el otro en circunstancias violentas.
La Expedición de El Endurance.-
Ernest Shackleton fue un explorador que realizó sus
expediciones durante la llamada época heroica o dorada de la exploración polar
(1895-1916), que fue marcada por dos grandes hitos: la discutida llegada al
Polo Norte por Robert Peary en 1909 y la conquista del Polo Sur por Roald
Amundsen en 1911. Debido a que estas dos grandes hazañas habían sido logradas,
Shackleton, quien también había intentado sin éxito ser el primero en llegar al
Polo Sur, y que había participado en dos expediciones previas, la Discovery y
la Nimrod, diseñó un viaje de exploración en el que pretendía cruzar la
Antártida a pie, en un fabuloso viaje de casi tres mil kilómetros. En esta
aventura al menos había tres logros que eran completamente nuevos: en primer
lugar, sería la primera vez que se cruzase el continente de extremo a extremo.
Por otro lado, la travesía se realizaría a pie (Amundsen había usado trineos).
Y por último, más de mil kilómetros se harían cruzando un territorio
absolutamente desconocido (desde el mar de Weddell hasta el Polo), dado que las
anteriores expediciones habían operado en el otro lado del continente.
Para llevar a cabo la expedición se equiparon dos barcos,
cada uno con una tripulación de veintiocho hombres: el Endurance, bautizado así
en razón del lema de la familia de Shackleton (“By endurance we conquer”), que
entraría por el mar de Weddell y desde el que se lanzaría la travesía, y el
Aurora, que tenía encomendado entrar por el Mar de Ross, al otro extremo del
continente, para instalar depósitos de aprovisionamiento.
Para dar una idea de hasta qué punto se trataba de un desafío
sin precedentes ha de tenerse en cuenta de que un viaje similar no se volvería
a plantear hasta décadas después, cuando la expedición Fuchs-Hillary (1955-1958)
se diseñó con el mismo objetivo, si bien se desplazaron en tractores
modificados especialmente para la expedición y con apoyo aéreo.
Tras aproximadamente un año de preparativos, Shackleton
partió de Londres en el Endurance el 1 de Agosto de 1914. Sin embargo, se
detuvo debido al estallido de la primera guerra mundial para poner a
disposición del Almirantazgo su buque y su tripulación. La respuesta a su
ofrecimiento fue un telegrama en el que se le ordenaba continuar, así que
partió definitivamente de Plymouth rumbo a la Antártida el 8 de Agosto.
Tras una breve parada en Buenos Aires, el 26 de Octubre puso
rumbo hacia Georgia del Sur, donde se detuvo para analizar la situación y
aprovisionarse. Al fin el 5 de diciembre de 1914 partió hacia la Antártida. La
mayor preocupación de esta primera fase del viaje era lucha contra la banquisa
(enormes placas de hielo flotantes), que ese año en particular se encontraba
bastante al norte. Fue francamente difícil gobernar el Endurance para que se
abriera paso, y finalmente la noche del 18 al 19 de Enero de 1915 el barco
quedó dramáticamente atrapado en el hielo. En el mes que siguió a ese incidente
los marineros intentaron liberarlo hasta alguno de los canales que se abrieron,
pero todos los intentos fueron frustrantemente infructuosos.
Al fin, el 24 de Febrero el barco pasó a convertirse en una
estación de invierno. Se cambió la rutina de los marineros, se acondicionaron
espacios para la vida a bordo (en una serie de cubículos que llamaron el Ritz),
se construyeron habitáculos para los perros sobre el hielo (a los que bautizaron
como dogloos), y a partir de ese momento el trabajo consistió esencialmente en
el entrenamiento de los equipos y el
aprovisionamiento (carne y grasa de foca y pingüinos).
Ese periodo no estuvo exento de las imaginables dificultades
que conllevan las bajas temperaturas (en torno a 30 grados bajo cero), la vida
en la oscuridad (el sol desaparecería el 1 de Mayo), y el hecho de que el barco
no estaba en tierra firme, sino sobre un témpano de hielo que en mayo tan solo
medía unos veinte kilómetros cuadrados, que estaba derivando debido a las
corrientes marinas, y que en cualquier momento podía partirse, como de hecho
ocurrió el 1 de Agosto. Sin embargo, dando muestras de un espíritu de
adaptación difícilmente superable, la tripulación consiguió sobrevivir en el
hielo los nueve meses que duró esa etapa de la expedición, en la que el barco tuvo una deriva real de nada menos que dos mil
kilómetros desde el punto en el que quedó atrapado.
El 27 de octubre, sin embargo, las cosas empeorarían
considerablemente. En efecto, como en la peor de las pesadillas, las fuertes
tensiones provocadas por el hielo que aprisionaba el Endurance acabaron por
hacerlo pedazos y se hundió semanas
más tarde en las frías aguas de la Antártida, el 21 de Noviembre de 1915, ante
la impotente mirada de los marineros y de su capitán. Para entonces había
transcurrido ya más de un año desde que partieran de Buenos Aires.
Se esperaba un aumento de las temperaturas y permanecer en el
hielo dejaría de ser seguro, pues en cualquier momento una brecha se podría
abrir engullendo a los hombres o dejando espacio suficiente para que alguna
orca les atacara, dado que obviamente estos animales no establecían diferencias
entre las focas y los seres humanos. Por ello la única opción viable, aunque
pareciera una tarea imposible, consistía en arrastrar los tres botes salvavidas del Endurance a través del hielo
hasta encontrar mar abierto quinientos kilómetros al norte. En ese momento
quizá podrían tener una opción de sobrevivir alcanzando alguna de las islas
circundantes. Y en esa empresa fueron afanándose instalando sucesivos
campamentos (Dump Camp, Ocean Camp y finalmente Patience Camp), esperando la
oportunidad de escapar del hielo. A las dificultades existentes se añadieron
otras nuevas, como la limitación del
peso de las pertenencias personales a solo un kilo por hombre, la necesidad de
sacrificar a los perros debido a la escasez de alimentos, o la incertidumbre de
no saber cuándo la placa de hielo se partiría bajo sus pies. Ha de
tenerse en cuenta que, por ejemplo, Ocean Camp se situaba sobre un bloque de
poco más de dos kilómetros cuadrados, que sucesivamente se iría dividiendo en
fragmentos más pequeños por efecto de la subida de las temperaturas.
Finalmente el 9 abril de 1916 Shackleton y su tripulación se
lanzaron al agua en los tres pequeños botes de que disponían, para llevar a
cabo una travesía de cinco días en las que las temperaturas alcanzaron 20
grados bajo cero, y en la que la lucha contra las tormentas de nieve no fue
sencilla dado que los hombres estaban empapados y sufrían calambres y mareos, y
algunos de ellos congelaciones.
Arribaron al fin en
Isla Elefante , la primera tierra firme que pisaban en casi un año y medio,
desde que salieran de Georgia del Sur. Esta feliz llegada fue rápidamente ensombrecida por el
hecho de que el invierno antártico se acercaba, y carecían del equipo y las
provisiones necesarias para afrontarlo. Por otro lado, era imposible que nadie les buscara en esa posición, así que era
necesario movilizarse una vez más.
El plan, que visto
ahora con la adecuada perspectiva histórica podría calificarse como una locura,
consistía en que seis hombres se embarcarían en el James Caird, un bote de tan
solo 6 metros de eslora, en una travesía desesperada de 1300 kilómetros hasta
Georgia del Sur.
Si se tiene en cuenta que solo una mínima desviación de la
ruta hubiera provocado que pasaran de largo sin ver la isla, y que deberían
atravesar el Pasaje de Drake, quizá el más peligroso del mundo, solo puede
contemplarse el durísimo viaje de 17 días que aquellos hombres realizaron como
una gesta irrepetible.
Desgraciadamente sin
embargo, el lugar en el que arribaron, la bahía del Rey Haakon, era un lugar
deshabitado que distaba nada menos que cuarenta kilómetros de la zona
civilizada. Un trayecto
de montañas nevadas del que no había mapas. Y de nuevo, inasequible al
desaliento y haciendo gala de una increíble capacidad para afrontar las
dificultades, Shackelton acompañado de dos de sus hombres cruzaría la isla y
llegaría por fin hasta la estación ballenera de Stromness.
Aunque generalmente se tiende a identificar esa llegada con
el final de la increíble odisea de Shackleton y el Endurance, en realidad ese
momento triunfal, que tantos esfuerzos, sacrificios y privaciones implicó, fue
únicamente el inicio de la segunda parte habían
dejado al otro extremo de la isla, el de los veintidós hombres que habían
quedado en Isla Elefante, y el de parte de la tripulación del Aurora, que
también había sufrido toda suerte de penurias. Al fin, tras este último
rescate, el 10 de Enero de 1917, nada menos que dos años y medio después de que
todo empezara, la increíble aventura de Shackleton llegó a su fin.
Los veintisiete
miembros de la tripulación y el polizón fueron rescatados con vida.
¿Cuáles son los
elementos nucleares que hicieron que el resultado de le expedición del
Endurance y del Karluk fuesen tan diferentes?.
Sin duda estrategias de Liderazgo y
de gestión emocional.
En su libro, Dennis Perkins expone
las diez estrategias que a su juicio empleo Shakelton para mantener y rescatar
con vida a sus 28 tripulantes tras 634 días en condiciones de supervivencia al límite:
- Nunca pierda de vista la última meta y concentre su energía en objetivos a corto plazo.
- Dé ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de recordar.
- Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese a la realidad.
- Cuide de sí mismo: mantenga su resistencia y déjese de complejos de culpa.
- Refuerce constantemente el mensaje de grupo. "Somos uno, viviremos y moriremos juntos”.
- Minimice las diferencias de estatus e insista en la cortesía y el respeto mutuo.
- Domine el conflicto. Maneje el enfado en dosis pequeñas, atraiga a los disidentes e impida luchas de poder innecesarias.
- Encuentre algo que celebrar y algún motivo con el que reír
- Esté dispuesto a asumir el gran riesgo.
- Nunca abandone, siempre puede haber otra alternativa. El éxito de la expedición de Shackleton se debió no sólo a su perseverancia, sino también a su capacidad de encontrar soluciones creativas.
Desarrollaremos las conductas
descritas y sus impactos emocionales en los próximos días.
Buen Domingo
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