LA INSPIRACION. EL ART. 155 DEL LIDERAZGO
Para
contextualizar mi intervención de hoy, y tal como entiendo la motivación en la
época actua, permítanme recrear un fragmento de la película
“Invictus”.
Fragmento que pertenece al momento en que Nelson Mandela,
interpretado por Morgan Freeman invita a François Pienaar (Matt Daemon) al
Palacio Presidencial para charlar con sobre los Sprinbroks (el equipo nacional
de rugby de Sudáfrica, en aquel momento símbolo del apartheid),
Mandela, con una taza de té en la mano le pregunta:
“François,
usted tiene un trabajo muy difícil, capitán de los Springbroks, un trabajo muy
difícil.”
Pienaar.-
No
comparado con el suyo señor presidente.
Mandela.- Dime François, ¿cuál es tu
filosofía sobre liderazgo? ¿Cómo inspiras a tu equipo para que den lo mejor de
sí?
¿Cómo haces
para que sean mejores de lo que creen que pueden ser? Eso es lo que encuentro
más difícil
¿Inspiración
quizás?
Tras
unos minutos en los que continúan conversando, Mandela recuerda en voz alta a François la
experiencia vivida cuando, tras ser invitado a las Olimpiadas de Barcelona de
1.992 y en un momento en el que el futuro de Sudáfrica parecía muy sombrío, le comentó la sensación
que le causó cuando entrando en el Estadio olímpico escuchó como todo el mundo le recibió entonando la
canción Nkosi Sikelel´iAfrika (Nikosi
Sakalele Africa), “Dios bendiga a Africa” (considerado durante el apartheid
como el himno no oficial de Sudáfrica) y
como, en ese momento se sintió orgulloso de ser Sudafricano y con ganas de volver
a casa para hacerlo mejor, esperando más de sí mismo.
En
definitiva, la situación le inspiró.
Al
cerrar este fragmento de la conversación Mandela se dirige a François y le
dice:
“Necesitamos
inspiración François, porque para construir nuestra nación debemos de exceder
nuestras propias expectativas.”
(silencio)
Inspiración: Según nuestro Diccionario de la Real Academia
significa acción de infundir o hacer nacer en el ánimo.
Motivación: Acción
y efecto de disponer del ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo. Es decir, dirigido a la acción.
El
propio lenguaje y diccionario nos está guiando hacia un factor esencial de la
motivación.
Dado
que bajo mi entender la capacidad de inspirar es la clave de la motivación, me
apropiaré por unos momentos de parte del contenido de la conferencia que Simon
Sinek , escritor e investigador de liderazgo transcendente, tiene colgada en
TED Talks (www.ted.com) y que versa sobre como los grandes líderes inspiran a la acción, es decir
motivan, con mayúsculas.
Simon
Sinek, encontró a través de sus investigaciones el siguiente descubrimiento:
Resulta ser que hay un patrón: al
parecer, todos los grandes líderes y organizaciones en el mundo que inspiran se
trate de Apple, o Martin Luther King o
cualesquiera otros, todos piensan,
actúan y se comunican exactamente de la misma manera, y es opuesta a todos los
demás.
Todo
lo que hizo Simon fue codificarlo en la que probablemente, bajo mi perspectiva, sea de
las ideas más simples y brillantes que he conocido. Lo llama "El círculo
de oro".
Imaginemos
un circulo con tres anillos o círculos interiores concéntricos, el del interior responde al ¿Por qué?,
el del medio al ¿Cómo? Y el exterior al ¿Qué?
Esta
pequeña idea explica por qué algunas organizaciones y algunos líderes inspiran
mientras que otros no.
Permítanme
definir los términos muy rápidamente.
Cada
persona, cada organización del planeta sabe
lo que hace en un 100%.
Algunas
saben cómo lo hacen: llámese propuesta
de valor agregado, o Propuesta Única de Venta o cualesquiera de los
términos usado en el mundo de la gestión.
Pero,
y es aquí donde su planteamiento me enganchó,
muy, muy poca gente u
organizaciones saben por qué hacen lo que hacen.
Y
cuando digo "por qué" no me refiero a "ganar dinero",
puesto que ganar dinero es un mero
resultado. Siempre lo es.
Con
"por qué" quiero decir: ¿cuál
es el propósito? ¿Cuál es la causa? ¿Cuál es la creencia? ¿Cuál es la razón
para levantarse cada mañana?
Así
pues de la observación, nuestra manera
de pensar y actuar, nuestra manera de comunicarnos, es de afuera hacia adentro.
Pero los líderes inspiradores y las
organizaciones que inspiran, sin
importar su tamaño o condición, todos piensan, actúan y se comunican desde adentro hacia afuera, de él ¿Por
qué?, al ¿Cómo? Y del como al ¿Qué?
Y
ahora lo mas curioso de todo es que
nada de lo que está diciendo es una opinión. Todo está basado en los principios de la biología. No en
psicología, en biología.
Si
uno mira un corte transversal del
cerebro humano, desde arriba hacia
abajo, lo que ve es que el cerebro humano está dividido en tres componentes principales que se correlacionan perfectamente con el círculo
de oro.
Nuestro
nuevo cerebro de Homo sapiens, nuestro
neocórtex se corresponde con el nivel "¿qué?".
El
neocórtex es responsable de todos nuestros pensamientos
racionales y analíticos asi como del lenguaje.
Las
dos secciones del medio forman nuestro
cerebro límbico, fruto de la evolución del reptil al mamífero. Siendo este,
nuestro cerebro límbico, el responsable
de nuestros sentimientos tales como la confianza y la lealtad, asi como del
comportamiento humano y de la toma de decisiones no teniendo
habilidad para el lenguaje. Y es aquí donde se procesan las distintas emociones
¿Y que tendrá esto que ver con la motivación
y el circulo de oro se preguntarán?
Pues tiene que ver que cuando nos comunicamos de afuera hacia adentro
somos capaces de entender gran cantidad de información complicada, como
características técnicas, datos, hechos y cifras. Pero eso no guía el comportamiento.
Cuando
nos comunicamos de adentro hacia
afuera, estamos hablando directamente con la parte del cerebro que controla el comportamiento siendo aquí
el lugar en el que se originan las decisiones instintivas.
Esto
se reafirma con los estudios de un grupo de científicos, liderados por el
neurólogo John-Dylan Haynes, que localizaron con total precisión señales concretas de actividad cerebral
hasta 10 segundos antes de que los participantes se dieran cuenta de su propia
elección, demonstrado que “nuestras
decisiones están predeterminadas inconscientemente mucho tiempo antes de
que nuestra propia conciencia las ponga en marcha”. Nuestro cerebro emocional
es el que nos predispone.
Por
todo lo cual, si no comunicamos de
dentro hacia afuera, si no sabemos
por qué hacemos lo que hacemos, ¿cómo vamos a conseguir comprometernos o
involucrarnos en cualquier actividad o proyecto? o, más importante, ser leal y
querer ser parte de lo que sea que hagamos (sentido de pertenencia).
La
gente no compra que hay que hacer;
compra el porqué hay que hacer, la finalidad que da sentido a la acción y
provoca la pasión de hacer, ya que la finalidad es lo que impacta en nuestro cerebro emocional responsable de la
decisión de emprender acciones.
Daniel Pink, en su libro “La sorprendente verdad sobre que nos motiva”
nos señala que en los últimos ciento cincuenta años se ha pasado de la Era Industrial a la Era del Conocimiento y ahora la Era Conceptual. Las dos primeras etapas – la
Industrial, caracterizada por las líneas de producción masiva que
revolucionaron la economía mundial, y la
de la Información, caracterizada por el advenimiento de los productos de la
economía del conocimiento, como el software de computadoras y demás artefactos
– estaban dominadas por funciones del
hemisferio izquierdo del cerebro.
A
medida que avanza el desarrollo tecnológico en Asia y se intensifica la
automatización del trabajo en los países ricos, se ingresa en la Era Conceptual, dominada por los procesos del
hemisferio derecho del cerebro.
Estamos
pasando de una economía y una sociedad
basadas en las capacidades lógicas,
propias de la Era de la Información a una economía y una sociedad basadas en capacidades como la
creatividad, la empatía o la visión global.
A
medida que las organizaciones se vuelven
más horizontales las empresas necesitamos cada vez gente que esté automotivada, esto es, con fuerte motivación intrínseca,
de dentro a afuera.
Los contenidos del trabajo están evolucionando de contenidos basados en tareas algorítmicas, esto es consistentes en
seguir una serie de instrucciones en un único recorrido que lleva a una sola
conclusión, trabajos basados en el
hemisferio izquierdo (y son las que más se están deslocalizando) a contenidos
de trabajo con tareas mas heurísticas, en las que al no existir
algoritmos para resolverlas se tiene que
experimentar con posibilidades y deducir
una solución nueva, requieren de
mayor flexibilidad a la hora de resolver los problemas así como de iniciativa y creatividad (es por ello que
escuchamos términos tales como: self directed teams, empowerment, engagement,
involvement, comitment….)
La
ciencia y la investigación, así como la historia, han demostrado que los motivadores extrínsecos como llama
Daniel Pink, el Palo y la Zanahoria, cumplen
su función cuando los contenidos de los trabajos son fundamentalmente
algorítmicos, sin embargo en la era actual no están dando los resultados
esperados y ello ¿Por qué?
La
principal motivación de la era conceptual radica
en la libertad, el reto y el objetivo de la propia actividad, el por qué del
circulo de oro. Y es de aquí de donde Pink define los tres elementos de la motivación del tercer milenio: Autonomia (deseo de dirigir nuestras
vidas), Dominio (la urgencia de
mejorar mas y mas en algo importante) y Finalidad
(el anhelo de hacer lo que hacemos al servicio de algo más allá de nosotros
mismos) y este último, la Finalidad es
el que aporta el contexto a la autonomía y el dominio, es el factor que da sentido a la inspiración.
A
diferencia de la motivación del Segundo Milenio, la motivación de nuestra era
reconoce la finalidad como factor esencial de la motivación, la finalidad aporta una energía
activadora para vivir.
La motivación del Siglo XX se centraba
en la optimización de los beneficios,
en el resultado, en
definitiva en factores extrínsecos mientras que la motivación del siglo XXI, no rechaza los beneficios, pero pone el
mismo énfasis en la optimización de la finalidad.
La
ciencia prueba que las gratificaciones
de tipo “si/entonces” , no solo son ineficaces en muchas situaciones, sino
que además pueden dar al traste con las
altas y creativas capacidades conceptuales fundamentales para el progreso
socioeconómico actual y futuro.
La
ciencia revela que, el secreto de un
rendimiento óptimo no radica en nuestro impulso biológico de supervivencia, ni
en nuestro impulso ante el premio y el castigo, sino en un tercer impulso: nuestro deseo profundamente arraigado de
dirigir nuestras vidas, de extender y expandir nuestras capacidades, y de vivir
una vida con una finalidad.
Por
ello, la realidad ontológica del ser
humano, la biología y la neurociencia nos aportan la base sobre la que se asienta la
motivación del tercer milenio, LA
INSPIRACIÓN, entendida como la capacidad de hacer nacer el ánimo y desencadenar
la pasión, Y LA FINALIDAD para canalizar
ese ánimo y esa pasión y
convertirla en la energía activadora
que nos proporcione la satisfacción de lo que hacemos, y nos dé el
motivo de levantarnos cada mañana.
Trabajemos el Circulo de Oro de dentro afuera, INSPIREMOS con el por qué y enfaticemos LA FINALIDAD para de esa manera generar el contexto adecuado, para como dice Madiba en la película,
“construir nuestra nación/empresa y
exceder nuestras propias expectativas.”