miércoles, 13 de diciembre de 2017

LIDERANDO A TRAVES DE LAS EMOCIONES. EL LIDER EMOCIONALMENTE EFICIENTE

LIDERANDO A TRAVES DE LAS EMOCIONES.
EL LIDER EMOCIONALMENTE EFICIENTE

“Tratando con gente, recuerda que no estás tratando con criaturas de la lógica, sino con criaturas de las emociones”. Dale Carnegie

El día 1 de Noviembre de 2011, dentro de los intangibles del liderazgo, hablábamos de la Madurez Ejecutiva. Vide: martes, 1 de noviembre de 2011, LOS INTANGIBLES DEL LIDERAZGO. DIA 7 LA MADUREZ EJECUTIVA (https://guillermoreyardid.blogspot.com.es/2011/11/los-intangibles-del-liderazgo-dia-7-la_1.html).

Las emociones comunican muchas cosas. La gente infiere contenidos en función de la carga emocional que observan o detectan. Para un líder es crítico poder gestionar de manera adecuada sus emociones. Arranques emocionales no planeados o inesperados pueden tener efectos irreversibles.

Aristóteles decía, “Cualquiera puede enojarse, eso es fácil, pero enojarse con la persona adecuada, en el grado adecuado, con el propósito adecuado y de la forma adecuada, eso no es fácil”.

En aquella entrada del 1 de noviembre, definíamos de una manera sencilla la madurez ejecutiva. Se refiere a la capacidad de regular las emociones. Las emociones afectan a la manera en que vemos el mundo, en la manera en que tomamos decisiones, y en la forma en que percibimos a los demás.

En el lugar de trabajo, las emociones nos afectan en multitud de situaciones y maneras. La capacidad del líder de entender sus propias emociones y las de los demás serán sin duda factores de contribución al bienestar de sus miembros, a su éxito en el mundo profesional, y a la consecución de los objetivas de la compañía.

Pero la aproximación que estamos haciendo va encaminada a facilitar a aquellos que crean pueden mejorar su forma de liderar a través de la capacidad de gestionar y regular las emociones del ser humano.

El atributo que buscamos en el líder extraordinario es su capacidad de ajustar su influencia en las emociones de los demás y en sí mismo, en función de lo que la situación requiera.

Me gusta pensar que la Madurez Ejecutiva es como un filtro emocional de alto rendimiento. Toda información que recibimos tiene algún grado de valencia emocional, nos provoca cierto nivel de enfado, o de temor, o de alegría, o de felicidad, o suspicacia, etc.… Algunas personas reaccionan emocionalmente e inmediatamente a la información que reciben; otras sin embargo, se toman su tiempo para reaccionar. Estos del primer grupo son los que tienen un filtro corto, y los del segundo tienen un filtro largo. 

Es el Líder con un filtro largo el que ejerce en última instancia una gran influencia, y ello por dos motivos, el primero porque considera su reacción antes de manifestarla, y en segundo lugar porque los demás ven en él que primero piensa y luego actúa.

LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE Y SU IMPACTO EN LAS EMOCIONES

El lenguaje nunca es inocente.

El como interpretamos es lo que nos capacita para la acción.

Actuamos de acuerdo a como somos y a como nos sentimos.

Los tres elementos que desencadenan la acción son:
  1. El lenguaje. Descriptor de la realidad.
  2. La Emoción. Impulsoras de movimiento y acción.
  3. El Cuerpo. Reflejo de la Expresión.

Las emociones son las que nos predisponen a la acción y suelen ser pasajeras y cambiantes.

Cuando una emoción perdura, genera estados de ánimo, y condiciona el cómo ejecutamos la acción.

Los estados de animo son muy sensibles a los estímulos externos. Cada vez que recibimos un estímulo exterior se generan emociones, por ello somos receptores y generadores emocionales.

LAS EMOCIONES.

La emoción es un proceso, un tipo particular de valoración automática influida por nuestro pasado evolutivo y personal, en el que sentimos que está ocurriendo algo importante para nuestro bienestar, con lo que un conjunto de cambios fisiológicos y comportamientos emocionales comienza a encargarse de la situación. Las palabras constituyen solamente un medio de tratar con nuestras propias emociones, y las utilizamos cuando experimentamos emociones, pero no podemos reducir las emociones a palabras. (Ekman, Paul. “El rostro de las emociones”).

Las emociones nos prestan un valioso servicio al hacer que nos ocupemos de lo que es realmente importante en la vida y nos proporcionan placeres de muy distinto tipo. Sin embargo, a veces nos meten en líos. Ello sucede cuando nuestras reacciones emocionales resultan inadecuadas por uno de los tres motivos siguientes:
  • sentimos y mostramos la emoción correcta pero con una intensidad equivocada;
  • sentimos la emoción adecuada pero no la mostramos correctamente; y,
  • sentimos una emoción totalmente equivocada.

El líder debe de contemplar que no respondemos emocionalmente a todo; no estamos continuamente paralizados por la emoción. Las emociones van y vienen. En un momento sentimos una emoción y en otro no sentimos ninguna. Hay personas mucho más emotivas que otras, pero incluso las que lo son más, en ocasiones no sienten ninguna emoción.

Ya que no todos y cada uno de los minutos de nuestra vida es emocional, la pregunta sigue planteándose: ¿Por qué respondemos emocionalmente? La forma más habitual de darse las emociones es cuando notamos, con o sin razón, que está ocurriendo o a punto de ocurrir algo que, para bien o para mal, afecta seriamente nuestro bienestar.

Las emociones nos preparan para manejar sucesos importantes sin pensar en lo que hay que hacer.

ENTRENAMIENTO EMOCIONAL DEL LIDER

Resaltare tres capacidades en las que, todo aspirante a Lider emocionalmente eficaz, debe ser entrenado:

La primera capacidad es la más difícil de aprender. Es el ser capaz de elegir el ser o no ser emotivo. ¿Es el ser capaz de elegir el ser o no ser emotivo?. Incluso el Dalai Lama, dice que no se puede elegir de dónde nace el impulso de la emoción, esto es automático, pero lo que se puede desarrollar es la capacidad de darse cuenta de que nace el impulso antes de que se actúe, es decir que hay un espacio entre el impulso y la acción. En casi todos nosotros, este espacio es muy pequeño pero se puede ir ampliando para adquirir esta capacidad, aunque sea en ocasiones para decir “no quiero responderte con enfado a tu enfado”, o “voy a hacer esto y no me va a superar la sensación de miedo”. Es duro, porque se está actuando en contra de la naturaleza, ya que no quiere que haya interferencias en ese punto.

La segunda, es elegir cómo es el comportamiento cuando se está emotivo. Me enfado con mi mujer: regreso del trabajo y me dice por qué me he vuelto a olvidar de hacer la compra. He hecho la compra y está ahí, ¿por qué se enfada? ¿Cómo voy a comportarme para expresar mi enfado de forma que maximice la utilidad del enfado para ella y para mí? ¿Se puede elegir esto? El impulso natural, desgraciadamente, cuando se está enfadado, es herir a la persona con la que se está enfadada, y eso hace que se destruya todo y que las cosas vayan a peor. Lo que hay que intentar hacer es dirigir el enfado hacia la acción que ha herido, no hacia la persona como actor.

La tercera capacidad es una bomba. Es aprender a ser más sensibles a las emociones de otros. A menudo, las emociones se esconden o son tan sutiles que no se ven, y yo tengo un programa de ordenador –que ya hemos visto- que enseña a todo el mundo a reconocer esto, y a saber automáticamente cómo se siente la otra persona, incluso si ellos no saben cómo se sienten. Es increíble.

Estas tres capacidades están perfectamente alineadas con las 5 de Goleman.

LAS EMOCIONES PRINCIPALES.

Para Ekman las emociones principales son seis: la tristeza, la ira, la sorpresa, el miedo, el asco, el desprecio y la alegría. La mayor contribución de Ekman en el estudio de las emociones fue demostrar a través de estudios muy completos y muchas fotografías que el rostro de las emociones es universal y se refleja de forma muy similar en cualquier cultura y raza.

Así la tristeza, una de las emociones que tienden a durar más en el tiempo, se refleja en la expresión facial y en la voz; con la ayuda de ambas, se conforma una llamada de auxilio lanzada a los demás. También el llanto es una expresión emocional de carácter universal.

La ira suele provocar más ira, y se puede entrar en una rápida escalada que hace que sea considerada como la emoción más peligrosa. La ira avisa de la necesidad de cambiar algo, hace saber al resto que “hay problemas”, y en ese ciclo vicioso muchas veces lo que se busca es la oportunidad de enfadarse.

La sorpresa es la más breve de todas las emociones.

El miedo responde a la percepción de una amenaza de daño físico o mental. La reacción que suele provocar es esconderse o huir.

Los niños y los adolescentes se sienten fascinados por el asco. A esas edades atrae lo raro, lo enfermizo, lo desgraciado y lo socialmente contaminado.

Y, por último, la alegría, que donde más se aprecia es en el tono de voz. La alegría presenta diversos grados: diversión, contento, excitación, alivio, asombro, éxtasis, gratitud, elevación, etc.

Los estudios de Paul Ekman demuestran que todos experimentamos las mismas emociones, pero todos las experimentamos de manera distinta. La respuesta que cada uno dé a esa emoción y el cómo la viva, es la que marcará la diferencia de actitud entre las personas.

Emociones primarias y secundarias: diferencias


Las emociones primarias y básicas son diferentes de las secundarias, que sí tienen un factor cultural. Las emociones secundarias son combinaciones de emociones básicas, y algunos ejemplos son la indignación, la envidia y la vergüenza, alivio, bochorno, complacencia o contento, culpa, diversión, desprecio o desdén, entusiasmo o excitación, felicidad, orgullo o soberbia, placer sensorial, satisfacción, vergüenza, etc…

Guillermo Rey-Ardid

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