sábado, 13 de octubre de 2012

LIDERANDO PERSONAS Un mochila para el Universo.- Mis notas de interés para el liderazgo y la gestión de emociones. Ruta 1. Amor


Esta semana he vuelto…., sí he vuelto. Volví a Bilbao de Lunes a miércoles, y  a mi deporte desde que tenía diez años, y al que debo tanto, el Golf. Y lo más bonito es que el reencuentro lo he hecho acompañado con toda la familia.

¡¡¡ Que 12 de Octubre y día de hoy mas maravillosos ¡!!.
Mañana, al campo otra vez, una comida ligera con unos buenos amigos y a escribir,…, además de la amistad.

He decidido cargarme con una mochila que me ayude a entender mejor estos maravillosos viajes a través del universo del liderazgo, y leyendo este fantástico libro de Elsa Punset, (mi primer ebook)  he creído de gran utilidad y ayuda, ir descansando de vez en cuando. A la vez que revitalizando mi mente, con un mejor entendimiento de las emociones, para lo cual “Una mochila para el universo” es un complemento perfecto y enriquecedor.

Así pues, seguiremos nuestros viajes pero deteniendo y desviándonos de vez en cuando, en alguna de las 21 rutas para vivir con nuestras emociones.
Con mi más profunda admiración Elsa.

LIDERANDO PERSONAS

Un mochila para el Universo.- Mis notas de interés para el liderazgo y la gestión de emociones. Ruta 1. Amor.

Claves para navegar por los afectos humanos.-

 RUTA 1 ¿CUÁNTO AMOR NECESITAMOS?



Un abrazo de seis segundos.-

Ningún sentimiento:
·         Es más determinante en nuestras vidas,
·         Tiene un impacto más radical en nuestra capacidad de ser felices,
·         Justifica las inmensas redes sociales,
·         Las responsabilidades, anhelos y deseos que pesan sobre las personas desde que nacen hasta que mueren.

El amor nos guía, nos da esperanza, nos entristece y nos mueve por encima de todos.

Los cimientos del amor se basan en la empatía. Uno de los mecanismos concretos que nos permiten empatizar, o sea, ponernos en el pellejo de los demás, y sentir por los demás, son las neuronas espejo. Y es, en ese ponernos en la piel del otro y sentir lo que siente el otro, donde radican la simpatía, la compasión, la conciencia y el sentimiento de culpabilidad. La mirada y participación en el sentimiento de los demás es lo que nos conecta, y el ser humano no está preparado para estar solo, sino para estar conectado.

Los parecidos y la convivencia refuerzan los mecanismos de la empatía, sin embargo, la capacidad de poder ensanchar el circulo, amar fuera del clan natral, el respetar, ponerse en la piel y sentir por las personas de otra etnia, creencia, religión, genero, o creencias diferentes a las propias requiere de una empatía mayor a cuando amamos a los que se nos parecen o son afines. Esto es básico para una gestión eficaz de la diversidad.

Los experimentos de Harlow.

Desde que nacemos, todos los primates, humanos y no humanos, tocamos a nuestras madres de muchas formas distintas.




Dicen que no hay nadie como una madre. Para algunos animales, esta sentencia adquiere tanta fuerza que poco importa que la madre sea un simple trozo de alambre con forma vagamente maternal.

Pero el psicólogo Harry Harlow fue mucho más allá: en el fondo lo que importa es que nos den cariño, así que se preferirá a una madre blandita y agradable a un trozo de alambre, aunque el trozo de alambre dispense mayor cantidad de alimentación.

O dicho con otras palabras: el amor maternal es una emoción que no precisa ser alimentada con un biberón o con una cuchara. El amor está por encima de las cosas materiales.

Para demostrar esto, Harlow persuadió a Robert Zimmerman para realizar un experimento con monos. Colocaron 8 crías de mono en jaulas separadas y en cada una de ellas había un modelo de madre hecho de tela y otro hecho de alambres.

Las manos de alambre tenían un dispositivo por el que se podía beber leche. Las de tela, no. Lo lógico es pensar que los monos optaron por las madres de alambre: vale, son de alambre, pero dan más comida que las de tela. Sin embargo, los monos preferían a las de tela.

Los monitos pasaban casi todo el tiempo con las madres de tela; sólo dejaban la seguridad de la tela para beber de las madres de alambre. En una famosa fotografía, se ve a una cría de mono enganchada con las patas a la madre de tela, inclinándose para beber la leche de una madre de alambre.
Luego se hicieron más experimentos que concluyeron lo siguiente: las madres que se mecían eran preferidas respecto a las madres que estaban quietas, y las que estaban calientes respecto a las que estaban frías.

Ello, según Harlow, como dijo en su conferencia de 1958 “La Naturaleza del Amor”, demostraba que la base del amor que un niño siente por su madre no es que la madre sea únicamente la fuente de alimentación.

En el amor había algo más que sólo recompensa y castigo; había algo innato y beneficioso por sí mismo en la preferencia de un bebé por una madre cálida y suave.

Ahora sabemos a ciencia cierta que, por encima de la pura supervivencia, solo florecemos si nuestras necesidades emocionales, en especial la necesidad de protección y afecto, están atendidas.

Los primates pasan mucho tiempo acicalándose recíprocamente y tocándose. La especie humana en cambio, tiende a limitar el contacto físico al ámbito sexual.

Los sentidos que más pesan cuando conectamos con los demás son la vista, el tacto y el oído: ver, tocar y escuchar a alguien, en este orden.

¿Por qué es tan importante el tacto para sentir y conectar con el otro?

Cuando nos tocan, nos relajamos y baja el cortisol, la hormona del estrés.

En situaciones normales las células de nuestro cuerpo utilizan el 90% de la energía en actividades metabólicas tales como reparación, renovación y formación de nuevos tejidos.

Pero cuando se produce una situación de alarma y estrés nuestro cerebro envía un mensaje a las glándulas adrenales para que liberen cortisol, esta hormona hace que el organismo libere glucosa a la sangre para enviar cantidades masivas de energía a los músculos.

De esta forma todas las funciones anabólicas de recuperación, renovación y creación de tejidos se paralizan y el organismo cambia a metabolismo catabólico para resolver esa situación de alarma.

Cuando la situación de estrés es puntual, una vez superada la emergencia los niveles hormonales y los procesos fisiológicos vuelven a la normalidad, pero cuando el estrés es prolongado, como es muy frecuente hoy en día debido al ritmo de vida que llevamos, se disparan en el organismo los niveles de cortisol, y al ser el único proveedor de glucosa del cerebro tratará de conseguirla por diferentes vías, bien sea destruyendo tejidos, proteínas musculares, ácidos grasos y cerrando la entrada de glucosa a los otros tejidos.

Los primeros síntomas de niveles elevados de cortisol son
·         Cambios del comportamiento
·         Falta de sentido del humor.
·         Irritabilidad constante.
·         Sentimientos de ira.
·         Ganas de llorar.
Síntomas físicos
·         Cansancio permanente aunque no hagamos nada.
·         Dolores de cabeza.
·         Palpitaciones.
·         Hipertensión.
·         Falta de apetito o gula desmesurada.
·         Problemas digestivos.
·         Orina frecuente, diarrea o estreñimiento.
·         Dolores o calambres musculares.
·         Infertilidad e interrupción de la menstruación.
·         Perdida de memoria debido a que los niveles altos de cortisol daña la conexión entre células cerebrales.
·         Disminución de las defensas.

Pautas para controlar el cortisol

Aunque hoy día resulta un tanto complicado controlar el cortisol, hay varias pautas que nos ayudaran a mantener los niveles adecuados.

Dieta: debemos suministrar al organismo todos los nutrientes necesarios para prevenir cualquier deficiencia, proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales, carbohidratos complejos, vitaminas y minerales. Ya que una disminución en la ingesta calórica es un aumento de los niveles de cortisol.

Es aconsejable tomar alimentos: como los huevos, leche, cereales integrales que son ricos en triptófano, un aminoácido que estimula la producción de serotonina, la hormona del bienestar.

Evitar: el consumo de bebidas excitantes café, colas y alcohol. También debemos eliminar los edulcorantes artificiales, sobre todo aspartamo que estimula en exceso el funcionamiento de las glándulas suprarrenales.

Dormir bien: es muy importante dormir ocho horas por la noche para que nuestro organismo ponga en marcha el mecanismo renovación y recuperación celular.

Relajación: practicar con regularidad yoga, tai-chi, ejercicios de relajación, meditación, técnicas de respiración para contrarrestar los periodos de tensión.

Tal vez por ello los humanos pagamos dinero para masajes y cuidados similares, aunque nos los den unos extraños.

¿Las redes sociales sirven para conectarse (utilizable para las comunicaciones por email)?

Depende, porque para comunicarse y conectar con otra persona necesitamos tiempo de calidad. Es difícil conectar sin tocarse ni mirarse.

¿Barreras para conectar con los demás?

Por encima del contacto físico, está la falta de atención. La indiferencia y la falta de tiempo, son los perfectos cortacircuitos para la empatía y conectar con los demás. Para conectar hay que tener tiempo.

Estamos biológicamente programados para sentir a los demás, y por tanto querer ayudar. Para conectar se necesita mirar y sentir al otro, darle ese tiempo. Si pasamos de largo deprisa, nuestro cerebro no se involucra y nos da la señal de que el problema no va con nosotros. Es un mecanismo de autodefensa que nos ayuda a no cargar con los problemas del mundo.

¿Cuánto tardamos en conectar, en dejar que broten las emociones que nos vinculen con los demás?

Tardamos solo unas décimas de segundo en reaccionar ante estimulos evidentes, como por ejemplo presenciar que otra persona sufre un accidente. Tardamos mucho mas, entre seis y ochos segundos, en poder sentir determinadas emociones por los demás, por ejemplo la admiración. También necesitamos tiempo para tomar decisiones morales que tengan que ver con la justicia o con el deber.

Cuando apagas y enciendes el sentimiento sin tomarte el tiempo de darle su valor, este pierde su sentido.

¿Cuánto debe durar un abrazo?

Un buen abrazo tiene que durar al menos seis segundos, para que pueda consolidarse el proceso químico correspondiente en el cerebro. El abrazo comunica que no hay miedo, por lo que la actitud es importante, mirarse y conectar antes es esencial, y por supuesto, nunca abraces a quien no quiere ser abrazado.

Conectarse sin emoción es como no estar conectado. El abrazo nos hace sentir bien, alivia la soledad, ayuda a superar el miedo…

Mañana interesante, cuantos amigos necesitamos, como nos influyen, las redes sociales y un tema muy interesante para muchos de nosotros (aunque nosotros no lo practicamos, ja ja ja…) el cotilleo

  
¡¡¡Feliz Sábado!!!


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