sábado, 8 de diciembre de 2012

LIDERANDO PERSONAS PARADIGMAS DEL LIDERAZGO. DIA 1. LIDERAZGO PERSONAL (M Nuria Chinchilla y Max Torres. Inteligencia emocional y proactividad


Temporada de mucho trabajo y lo que viene….

Esta semana he celebrado con Tina, mi mujer, compañera, amiga y esposa nuestro V aniversario de boda. Con las edades que tenemos, hemos decidido tratarlas como nuestras bodas de plata. !!! Te quiero bishooo ¡¡¡¡.

Semana en la que hemos montado el Belén, el árbol de navidad ya luce en el salón, y la decoración navideña le dá un sabor especial a la casa, dentro de nada San Nicolás y los Reyes. Duna ya está haciendo la carta, ya se la ve nervisilla, con mariposas en el estomago.

Bueno, comenzamos un nuevo viaje a través de “Paradigmas del Liderazgo” de varios autores españoles, Santiago Alvarez de Mon, Pablo Cardona Soriano, Mª Nuria Chincilla Albiol, Paddy Miller y 6 más. Esto si que es un libro escrito con el agravante de “pandilla”.  Pero este viaje lo reduciré a la parte tercera del libro en el que los autores tratan el liderazgo.

Espero que lo disfrutéis.

LIDERANDO PERSONAS

PARADIGMAS DEL LIDERAZGO. DIA 1.  LIDERAZGO PERSONAL (M Nuria Chinchilla y Max Torres. 

Inteligencia emocional y proactividad




“Nadie da lo que no tiene”, luego ¿cómo vamos a liderar a otros si no somos capaces de liderarnos nosotros mismos, de liderar nuestra propia vida?.

Para ello es necesario ir pasando del estado de inconsciencia-en el que ni siquiera se percibe la necesidad de cambiar- al estado de la acción-en el que sabemos hacia adonde dirigir nuestros esfuerzos y somos capaces de hacerlo.

La capacidad de una persona de mejorar, aprender y desarrollar sus habilidades y competencias depende de un solo factor: de su actitud ante la vida, que puede convertirse en un motor o en un obstáculo infranqueable.

Inteligencia emocional.-

Daniel Goleman instituyó el termino de inteligencia emocional para designar la capacidad de liderar o dirigir nuestras emociones. Existe una zona en el cerebro donde residen nuestras emociones, como ya hemos visto en días anteriores, y, por otra parte nuestros circuitos neuronales se van conformando de un modo u otro dependiendo de cómo vayamos tomando las decisiones: siguiendo el sistema del circuito límbico (emocional-espontaneo) o el circuito del cortex (racional-pensado).

Cualquier cambio requiere de una recomposición de hábitos, el aprendizaje emocional además requiere un cambio en el plano neurológico: debilitar la costumbre existente y, a la vez, reemplazarla por otra mejor.

La base del verdadero liderazgo se basa en:

1.    La inteligencia intrapersonal. (La calidad de mi relación conmigo mismo).
a.    Conciencia de nosotros mismos, reconocer nuestros propios sentimientos.
b.    Autocontrol, ser capaces de autorregularnos.
c.    Automotivación, ser proactivos ante las más diversas situaciones, ser resilientes.
Esto es, conseguir ser autónomos, no dependientes del entorno.

2.    La inteligencia interpersonal (la calidad de mi relación con los demás)
a.    Empatía, reconocer y gestionar los sentimientos de los demás)
b.    Habilidades sociales (Manejar adecuadamente nuestras relaciones con los demás)
Esto es ser interdependientes, pensar en ganar/ganar, buscar sinergias, y buscar primero comprender y luego ser comprendido.

He de reconocer que este collage Goleman/Covey resulta interesante.

Proactividad.-



Aquí traemos a colación la gran lección de Victor Frankl que vimos en la entrada de mi Blog “Biografias Ejemplares”, y se refiere a esa capacidad de poder decidir libre y conscientemente nuestra reacción ante un estimulo externo.

Siguiendo a Covey las personas proactivas son aquellas que dedican su tiempo, su pasión y sus esfuerzos a su círculo de influencia, las que no son proactivas, y por tanto reactivas, son las que se tiran el tiempo amparados en su círculo de preocupación.

Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el círculo de influencia. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo.

Su energía es positiva: se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del círculo de influencia. Por otra parte, las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas.

Círculo de preocupación y círculo de influencia

Para tomar más conciencia de nuestro propio grado de proactividad debemos examinar en qué invertimos nuestro tiempo y nuestra energía. Cada persona tiene una amplia gama de preocupaciones: la salud, los hijos, los problemas del trabajo, la deuda pública, etc... Podemos separarlas de las cosas con las que no tenemos ningún compromiso mental o emocional, creando un «círculo de preocupación».

Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el círculo de influencia. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva: se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del círculo de influencia.

Por otra parte, las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. La energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que se puede hacer algo, determina que su círculo de influencia se encoja.



Sólo cuando pasamos a trabajar en nuestro círculo de influencia, cuando nos centramos en nuestros propios paradigmas, empezamos a crear una energía positiva que nos cambia a nosotros. Trabajando sobre nosotros mismos en lugar de preocuparnos por las condiciones, podemos influir en las condiciones.

¿Se puede liderar trabajando en el circulo de preocupación?, o los lideres trabajan en su círculo de influencia.

Señor, dame valentía para cambiar aquello que debo cambiar, paciencia para aceptar lo que no puedo cambiar, y, sobre todo, sabiduría para distinguir lo uno de lo otro”. Marco Aurelio

Feliz Sábado.




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