Como dos viejos amigos que hace tiempo que no se ven, nos echamos sendos órdagos de arrojo y testosterona que acabaron en una maravillosa tarde/noche en la Feria de Albacete. Feria, que por otra parte, recomiendo a todo aquel que le guste la fiesta y la alegría.
Gracias José, gracias Karina, gracias Santiago y señora por el maravilloso viernes que nos hicisteis pasar a Tina y a mí.EL LIDERAZGO COMO EXPERIENCIA PERSONAL
EL DINERO, ESE CABALLERO
Vamos ya agotando el periodo dedicado al mito del líder.
En resumidas cuentas es un libro dedicado a la persona, versa sobre mí, sobre ti, el vecino…… La sociedad nos dibuja, pero somos hombres y mujeres, en nuestro misterio e irrepetibilidad, la sociedad es el escenario donde transcurre la comedia o el drama de nuestras vidas. Dedicaremos parte del día de hoy a la persona, y a dos referencias concretas. Dos caballeros nos acompañaran, uno poderoso llamado Don Dinero, y otro, más decisivo y escaso todavía, Don Tiempo.
La persona que en su trabajo solo recibe una gratificación económica, desprovista de otros estímulos-aprender, desarrollo profesional, interacción con gente interesante, servicio a la comunidad, variedad y riqueza de tareas, retos…- es difícil que se integre y comprometa. Dicho esto, minimizar lo económico, no tratarlo con rigor, solvencia, dignidad y justicia, es cuando menos imprudente. Exaltar lo intelectual y espiritual del trabajo cuando la ecuación económica no ha sido resuelta suena a trampa sutil, huele a escapismo alienantes bien Maslow, coloca al dinero en la base de su pirámide motivacional, lo cierto es que el dinero esta a lo largo de toda ella. Que todo lo más es una pista para encontrar la verdadera motivación. En la base de la pirámide, el dinero nos da sustento, en el medio status social, y como medio de dar lo mejor, educación, o herencia a aquellos que son nuestros hijos, padres o allegados cercanos, en la cumbre de la pirámide.
Resumiendo y referente al dinero y a nuestro autogobierno, diremos que todos necesitamos ordenar las ideas, jerarquizar nuestros valores, y distinguir claramente lo que es fin y lo que es instrumento. Todo lo que sea colocar el dinero en la categoría de fin, somete y degrada al ser humano. Todo lo que sea sentar al hombre en la cabecera de la mesa comunitaria, en el centro de la convivencia social, nos vacuna de caer en las trampas del liante caballero y nos obliga a administrarlo con eficacia y honradez. Coloquémoslo pues en su lugar, en el cuarto de baño discreto, austero y funcional, donde me acicalo y preparo para el trabajo diario. Su sitio natural no puede ser el salón principal de la mansión, seria este el primer paso a un hogar de vanidades y debilidades.“El desafío de la vida económica, el desafío de vivir de una forma adecuada a nuestras necesidades materiales, es hacer que la vida sirva a la aspiración de lo espiritual… Y si el dinero es secundario en nuestras vidas, solo puede significar que el dinero sirve al propósito del conocimiento propio: debemos usar el dinero para estudiarnos a nosotros mismos tal como somos y en que podemos convertirnos” (Needleman)
Acabaré hoy con el consejo de Marco Aurelio: “Haz pues acopio, de aquellas cosas que dependan únicamente de ti: sinceridad, dignidad, fortaleza, bondad, libertad, sencillez, seriedad en los propósitos y grandeza de animo
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