Hoy hemos estado en la Playa, tras ver el cuarto puesto de Alonso en el Gran Premio de Italia de Fórmula uno. Cuarto puesto de clasificación en la parrilla para mañana. ¡¡Animo Alonso!!
Y hemos estado en la playa con una pareja de amigos entrañable, de los que de verdad se pueden llamar AMIGOS, fruto de una amistad veraniega (hace tres veranos ahora) y entablada en la madurez de la vida. Gracias Kees y Ana por hacernos disfrutar de vuestra amistad.
Aprovecharé también para decir que Kees es un Amsterdanés, Holandés, pero con un corazón Español maravillosos, como demostró el día 11 de Julio de 2.010 cuando un zapatazo de Iniesta introdujo el balón en la portería que defendía Stekelenburg. Un abrazo Kees, y las reflexiones sobre las inteligencias del ser humano van por ti (brindis casi taurino).
EL POZO INEXPLORADO DEL TALENTO HUMANO
LAS INTELIGENCIAS DEL SER HUMANO
¿Qué es la inteligencia? Casi todas las respuestas van en la dirección de la capacidad para analizar las cosas, para resolver problemas.
Todos hemos conocido los test de inteligencia, sin embargo, y según los mismos, de nada sirve que nos avale una carrera profesional seria y sólida, que hayamos tomado decisiones solventes en distintas facetas de la vida, que hayamos construido una red vasta, rica y amiga, el test seguirá arrojando toda serie de dudas sobre nuestra capacidad intelectual.
La inteligencia transciende de los estudios académicos a los que somos tan dados.
En Teoría de la inteligencia creadora, Jose Antonio Marina adelanta una primera definición: “capacidad de recibir información, elaborarla y producir respuestas eficaces” para más adelante dar otra definición que ya permite hacer un conjunto interesante de conexiones: “Inteligencia es la aptitud para organizar los comportamientos, descubrir valores, inventar proyectos, mantenerlos, ser capaces de liberarse del determinismo de la situación, solucionar problemas, plantearlos”. Que conexiones se extraen de esta descripción de la inteligencia:
1. Inventar Proyectos, vincula la inteligencia con la creatividad.
2. Mantener Proyectos, vincula la inteligencia con la voluntad, la estabilidad y el trabajo
3. Ser capaces de liberarse del determinismo de la situación, entronca y une la inteligencia con la libertad del individuo a elegir como responder ante un estimulo.
4. Descubrir valores, después de dialogar con la creatividad, con la voluntad, con la libertad, la inteligencia interrogaría a la filosofía sobre el sentido último de la vida y orientaría los impulsos vitales hacia los valores trascendentes.
La inteligencia tiene mucho que ver con la capacidad de mirar al mundo con perspectiva y distanciamiento, aprehendiendo la inmensidad de la realidad, para así poder tomar decisiones lucidas que la transformen y mejoren al servicio del hombre.
Habiendo pretendido el autor presentar el tema en su dimensión real, si este capítulo versa sobre la inteligencia del líder, lo primero que ha de hacerse es abandonar el singular de inteligencia por el más riguroso y preciso plural de inteligencias.
Howard Gardner a lo largo de su obra sobre la teoría múltiple de la inteligencia habla de nueve, lógico-matemática, lingüística, espacial, física, artístico musical, interpersonal, intrapersonal, la naturalista y la existencial.
Charles Handy presenta su alternativa de nueve: inteligencia fáctica, analítica, lingüística, espacial, musical, practica, física, intuitiva e interpersonal.
Pero quizás lo más interesante es como define la inteligencia Goleman en su conocidísima obra Inteligencia Emocional: “capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás”
El hombre inteligente ha de gobernar sus pensamientos y emociones, no reprimir éstas. Pero es importante conocer y aceptar ese sutil mundo interior en el que nos hablamos a nosotros mismos, para luego cultivarlo y perfeccionarlo. Hay mucha diferencia entre estar enfadado, saberse enfadado, y con toda la razón además, y actuar movido por las fuerzas volubles y primarias de ese mismo enfado.
Pero también sabemos que no se puede ir permanentemente en contra de los requerimientos de esa voz interior, tenue y discreta, también obstinada. Hay que guardar silencio, escuchar sigilosamente, oírla, entenderla y practicarla.Y acabaré con una frase de Baltasar Gracián “cualquiera habría triunfado si hubiera conocido su mejor cualidad”, o como apostilla el autor “y su peor debilidad”
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