domingo, 22 de enero de 2012

LOS INTANGIBLES DEL LIDERAZGO. DIA 20. LA FALIBILIDAD. ¿Qué es?

“ESTA ES LA VERDADERA PERFECCION DEL HOMBRE, ENCONTRAR SU PROPIA IMPERFECCION” San Agustín.

Intentamos demostrar lo perfecta que es nuestra vida, asi como cuan libre de defectos están, en un intento de demostrar valor. En nuestra vida personal o profesional sentimos la presión de ser perfectos. Es bajo esta presión de la perfección cuando muchos líderes descarrilan, ya que para parecer perfectos ocultan sus imperfecciones. Los líderes extraordinarios muestran sus imperfecciones en lugar de ocultarlas, entienden que en la imperfección hay valor.

No es lo mismo la búsqueda de la perfección que querer representar la perfección. Los líderes falibles son reales. No se describen a sí mismos como infalibles. No tratan de convencer de que sus decisiones son las correctas. No crean expectativas inalcanzables.

En los últimos años hemos experimentado el problema de ejecutivos y lideres perfeccionistas. Consideremos la caída de Enron, WorldCom, Lehman Brothers o el fiasco de AIG, y observaremos líderes que intentaron ser infalibles y que cayeron víctimas de sus consecuencias. La historia está llena de líderes que se aferraron desesperadamente a la apariencia de ser perfectos y en cada uno de los casos, acabaron mal.

Ninguno de los CEO de las empresas del 100 Fortune ranking, fueron clasificados como los numero uno en su etapa estudiantil. Se reconocieron como escolares o estudiantes excelentes, consiguieron premios académicos, pero ninguno fue considerado el primero de la clase.

Esto nos dice que, precisamente, el no ser el número uno, el no considerarse perfecto, es lo que nos mueve a ser mejores cada día en lo que hacemos, y es por la consideración de que somos falibles y no perfectos.

Nos encantan los líderes falibles, y por buenas razones. Les seguimos porque parecen accesibles. Escuchan, toman el feedback. No crean expectativas no alcanzables, muestran arrepentimiento cuando cometen errores. Son humildes, y a veces vulnerables. Están abiertos a ideas, y como no temen el error, asumen riesgos. Confían en sí mismos sin pretender ser como otros. Delegan porque saben que otros pueden hacer las cosas mejor que ellos. Aprenden de sus experiencias y sobre todo de los errores. Este es el sello de los líderes falibles.

¿QUE ES?

Cuando un líder incorrectamente asume que necesita ser infalible, patrones de conducta contraproducentes aparecen. Pensar que uno es infalible se manifiesta generalmente en res patrones de conducta torticeros:

El primero denominado la autopromoción, caracterizado por la percepción de “todo lo que hago es correcto”, “mis razonamientos no pueden ser cuestionados”, y “Quiero que todos sepan y vean lo bueno que soy”. Esta autopromoción conlleva indefectiblemente a que el sujeto no quiera escuchar y considerar el feedback real que pueda recibir y por tanto integrarlo, impidiendo su desarrollo como líder.

El segundo llamado la evasión, “No haré nada que demuestre mis defectos, me exponga, que puedan pensar que soy un impostor, pues así tendré el éxito asegurado”. Esta autoprotección lleva a la aversión a tomar riesgos y básicamente a paralizar cualquier iniciativa que suponga salir de la zona de confort.

Por ultima, la protección, que conlleva mantener la información oculta para eliminar la percepción de falibilidad, “No voy a admitir mis errores”, “reportaré solo lo positivo”. Estos líderes son los que suelen traspasar la línea de lo legal y la ética. Ocultan información, tapan las cosas, incluso amañan la información si consideran que es necesario para mantener su status de infalibilidad. Por lo general después aparecen en la portada de los periódicos.

La falibilidad propicia la innovación.-

Por lo general, los negocios se atascan cuando son liderados por la mentalidad de “pruébame lo que dices”, y las buenas ideas se ahogan ante los “falsos realistas” que suelen ser negativistas declarados bajo el paraguas de una aproximación científica a un proceso intrínsecamente artístico.

Debemos ser conscientes de que no tenemos todas las respuestas, pero tenemos la obligación de buscarlas.

Los líderes excepcionales reconocen y admiten sus errores y se fuerzan a aprender de ellos, pues así pueden hacer que las cosas sucedan.
“He aquí mis tres tesoros. Guárdalos bien. El primero es la piedad; el segundo, la modestia; el tercero, la negativa a ser la primera de todas las cosas bajo el cielo. Con amor se puede ser valeroso, con modestia se puede ser generoso, y con la negativa a ser la primera de todas las cosas bajo el cielo podrás ser un líder entre los hombres”.  Lao-tse
La sabiduría de esta aparente contradicción es magnífica. No nos pongamos por encima del resto y pronto nos encontraremos liderando a las personas. Es el liderazgo al servicio de las personas. Hay lideres que ha conocido el autor que verdaderamente creen y practican esto. Sienten verdaderamente que están al servicio de sus empleados sus accionistas y su comunidad. Tienen egos silenciosos, ingrediente esencial de la falibilidad. No prevalece en ellos el afán de notoriedad, visibilidad y exposición. Asumen las nuevas ideas siendo abiertos, pues están convencidos que de ahí emana la grandeza. 


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