miércoles, 31 de agosto de 2011

EL MITO DEL LIDER. Dia 16.-EL PROCESO HUMANO DE APRENDIZAJE

Ya han pasado dos semanas desde la última entrada en el blog. Espero que no vuelva a suceder, pues cuando se deja de hacer ejercicio y se vuelve a empezar al cabo del tiempo, aparecen las dolorosas agujetas.

Bueno, desde entonces…, he estado trabajando en nuestra fabrica de Bilbao, coincidiendo además con la semana grande, conocida popularmente como la Aste Nagusia o Bilboko Aste Nagusia, es la principal fiesta de Bilbao, que se celebra anualmente durante 9 días. El comienzo de las fiestas es el sábado siguiente al 15 de agosto.

Tuve la suerte de que Ricardo me invitara a la corrida magistral que protagonizó Morante, 2 orejas y puerta grande. Por cierto Manzanares, una oreja y sigue ejecutando la suerte suprema recibiendo.

Ayer el cumpleaños de mi media costilla, Tina, ya ha vivido medio siglo, a por el otro medio. Te amo mi vida y gracias por la encantadora cena romántica de anoche.


EL PROCESO HUMANO DE APRENDIZAJE.

Inicia el autor el capitulo con un debate sociológico y psicológico del Individuo versus el Grupo, y por ende de la Psicología versus la Sociología.

Evitare comentar el debate, pues es de gran calado y me posicionaré a favor del Individuo, y quizás mediante un análisis muy sencillo, pues pienso que el ser humano en singular es el que marca el trayecto, decide la dirección a tomar y por ello el elige el grupo o colectivo al que decide unirse.

Y para rematar transcribiré a Golden Pond cuando  dice que “los torpes solamente distinguen naciones o razas, como mucho clases, pero los hombres sabios distinguen individuos”, “nunca habrá un Estado realmente libre e ilustrado hasta que el Estado reconozca al individuo con una fuerza mas alta e independiente”, que el autor extiende a la realidad individuo-empresa:”Una corporación no tiene conciencia, pero una corporación de hombres con conciencia es una corporación con conciencia”

Y de ahí que volvamos a la necesidad tan repetida de la importancia del imperio y conocimiento de uno mismo. No se puede imperar en lo que no se conoce, de modo que la primera piedra ha de colocarse en esta dirección. El primer individuo soy yo, luego debo comenzar por conocerme por mi mismo, sabiéndome.
Conocerse a sí mismo es condición imprescindible para dirigir nuestra propia vida, gobernar nuestro desarrollo profesional y explotar nuestro potencial, y como recomienda Goethe “Si quieres conocerte, actúa”


“Siembra un pensamiento y cosecharás un acto;
Siembra un acto; y cosecharás un hábito;
Siembra un hábito y cosecharás un carácter;
Siembra un carácter y cosecharas un destino“.

Charles Reade
Novelista inglés

LA REALIDAD, ESA GRAN MAESTRA Y NUESTRA CAPACIDAD O INCAPACIDAD PARA OBSERVARLA.

Liderar tiene mucho que ver con aprender. Ser consciente de nuestra incompetencia bien entendida, es el primer paso del aprendizaje, el permanecer en la incompetencia de manera inconsciente, es el estadio que imposibilita ser líder, pese a muchos personajes que se han denominado o conceptuado como tales, y que permanecieron en su estadio de incompetencia e inconsciencia mas absoluto.

Matsushita, líder empresarial indiscutible, por lo menos para el que escribe, tenía en su despacho su poema favorito, el cual versaba sobre la juventud:

“La Juventud no es una época de la vida; es un estado mental. No es cuestión de mejillas rosadas, labios rojos y rodillas ágiles. Es cuestión de voluntad, una cualidad de la imaginación, un vigor de las emociones; es la frescura de las hondas fuentes de la vida.

 La Juventud significa el predominio temperamental del coraje sobre la timidez de los apetitos, de la aventura sobre el amor a lo fácil. Esto existe a menudo en un hombre de sesenta años en mayor escala que en un joven de veinte. Nadie envejece meramente por el paso de los años. Envejecemos al desertar de nuestros ideales.

 Los años pueden arrugar la piel, pero abandonar el entusiasmo arruga el alma. La preocupación, el temor, la falta de confianza en uno mismo doblegan el corazón y revierten el espíritu al polvo.

 Ya sea a los sesenta como a los dieciséis, existe en el corazón de todo ser humano la seducción de la maravilla, el insaciable apetito del niño por lo que viene después, y la alegría del juego de la vida. En el fondo de tu corazón y del mío hay una estación receptora; en tanto reciba mensajes de belleza, de esperanza, de regocijo, de coraje y fuerza provenientes de los hombres y del infinito, en tanto así sea, tú serás joven.

 Cuando las antenas están abatidas, y tu espíritu está cubierto con las nieves del cinismo y el hielo del pesimismo, entonces has envejecido, aun a los veinte, pero mientras tus antenas estén erguidas para captar ondas de optimismo, hay esperanza de que puedas morir joven a los ochenta”.

Samuel Ullman (1840-1924)

Regreso a la lozanía de la juventud, pero iremos mas atrás y hurgaremos en la infancia. “La genialidad es la habilidad de recuperar la propia infancia” (Baudelaire).
Howard Gradner, en su recensión de la vida de Einstein destaca “Einstein conservó el deseo de hurgar en lo desconocido, una de las principales características del espíritu de los niños que permaneció en  él durante muchos años.”

Que hacen los niños: observación, curiosidad, asombro, pregunta, respuesta, escucha, decisión, acción, acierto, error… nuevas interrogantes, sucesivas preguntas, distintos planes de acción….
La capacidad de explorar, escudriñar, escrutar con nuestros ojos todo lo que nos circunda se revela fortaleza diferencial de una vida moral e intelectualmente superior. “El mundo está lleno de cosas obvias que a nadie se le ocurre, ni por casualidad, observar” (Marina).

·      Todo proceso de aprendizaje pasa por mimar, desarrollar y pulir la curiosidad inicial de la que originariamente estamos investidos.
·      Los niños son unos grandes imitadores, cualquier padre-madre-maestro-maestra sabe esto, de ahí la crucial importancia del ejemplo, de ahí que cobre una gran importancia el axioma de los lideres, que en ingles se dice “Leading by example”.

Mirar, como escuchar, es mucho más que un acto puramente físico. “El hombre mira con los ojos, pero ve con al mente”. “No nos hacen sufrir las cosas, sino las ideas que tenemos de las cosas” (Epicteto). Como recibimos, procesamos y almacenamos los cuentos de la vida es un proceso decisivo en nuestra interlocución con la misma. Los hechos son aquello en lo que uno se convierte” (Goleman), frase que coloca la interpretación de la realidad, no ya está en su desnudez y asepsia, en un lugar preeminente.

El ser humano no actúa desde la realidad, sino desde su percepción más o menos interesada.

Nuestro ojo no es un ojo inocente sino que está dirigido en su mirar por nuestros deseos y proyectos”, según Marina, añadiendo Santiago que también por nuestros deseos, proyectos, vivencias, temores, miedos y también estímulos.
“La mente puede protegerse de la ansiedad disminuyendo la consciencia”. Este mecanismo de defensa origina un punto ciego, una zona en que somos proclives a bloquear nuestra atención y auto engañarnos. Cuando el consuelo llega a convertirse en habito pasa a formar parte del carácter. “Soy proclive a ignorar la información que no concuerda con el estereotipo que me he forjado…mientras tiendo a recordar perfectamente la información que cuadra con el” (Goleman).

Powell define el acto de racionalizar como “el uso de la inteligencia para rechazar la verdad. Los juegos que jugamos son diseñados para protegernos de ser heridos y nos ayudan a ganar algún trofeo para nuestros egos”.

“Imperceptiblemente, advierte Sherlock Holmes a Watson, manipulamos los hechos para que se acomoden a una teoria, en lugar de elaborar teorías que se ajusten a los hechos”. Se está ante el sutil mecanismo de defensa llamado racionalización “modalidad muy estimada por los intelectuales, entre cuyas habilidades se encuentra una especial destreza para elaborar justificaciones y encontrar excusas”.”La verdad es la realidad. Mientras mas clara veamos la realidad del mundo, mejor equipados estaremos para hacerle frente”.

La realidad es una-vasta, compleja, dinámica y cambiante-, pero única. En vez de dejarnos interpelar por ella, intentando aprehenderla y captarla en su totalidad, la ajustamos y moldemos a nuestros esquemas y modelos conceptuales. Entre la realidad y nuestra percepción de la misma se abre una abismo ideológico que dificulta extraordinariamente un dialogo fructífero “no se fie usted del narrador, fíese de la historia”.

Salvo excepciones, solo los niños miran a su alrededor con descaro y sin miedo, de ahí su poder maravilloso de asombro y observación. Los adultos, por el contrario, encerramos la realidad en una definición restrictiva que la merma y rebaja, a partir de la cual elaboramos conclusiones.

Con este paseo, nos paramos pues en la madurez del ser humano y del Líder, siendo este el estado que le permite “dominar su entorno, percibir correctamente el mundo y a sí mismo” (Pascal) Desde la madurez y plenitud lograda se está entonces en condiciones de atisbar la sabiduría-sabio es el ser humano a quien las cosas le parecen tal como son.

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