lunes, 1 de agosto de 2011

MI CUMPLEAÑOS

Hoy descansa el MITO DEL LIDER.-

Son los avatares del destino.

Ayer llegaron mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos.

Nos fuimos a casa de Naima y Vladi, y me sorprendieron con una maravillosa y sentida fiesta de cumpleaños. Bueno me perdonareis que no contase los sabrosones mojitos que me tome (inconfesable en numero), pero preparados por la maestria de un grande Mr Vladimir.

Pero eso si, en "La cubanisima", local que regentan en la Playa de San Juan, y que es un trocito de la anhelada Cuba Libre en Alicante, antes de pedir el mojito se lo debes de preguntar a la mujer de Vladi, a Naima. Siempre acierta. Un beso Lilly, estabas maravillosa.

Gracias a mi gran familia cubana por el magnifico rato que me hicisteis pasar, y que el de "El Chandal" no ha sido capaz de jodela.

Pero curioso que estando en ese trocito de Cuba nos llego otra noticia, y es que se ibaa el triste y lúcido Lichi, Eliseo Alberto (1951-2011)

 

La literatura latinoamericana perdió una voz narrativa “única y excepcional”, capaz de recrear con tristeza y lucidez las escenas de una historia sobre papel en la imaginación del lector. Era la voz de Eliseo Alberto, escritor cubano, que ayer por la mañana se apagó, tras complicaciones por un trasplante de riñón.
El autor de Esther en alguna parte falleció a causa de un paro respiratorio, luego de permanecer en el Hospital General de la Ciudad de México durante dos semanas en terapia intensiva a raíz de un trasplante de riñón, que buscó por dos años e incluso viajó a su natal Cuba.
María José, hija del escritor nacionalizado mexicano en 2000, confirmó que luego de ser cremado llevará a su padre a la isla, para atender la solicitud del escritor conocido como Lichi.
“Aún no tengo detalles, estamos viendo, pero en unos días vamos a cremarlo y llevarlo a La Habana, fue lo que mi padre en algún momento me pidió”, detalló.
Para Marisol Schulz, quien por una década editó las obras del escritor para Alfaguara, aseguró que además de perder a un “gran ser humano”, se pierde un narrador que lograba trasportar a su lector al momento y lugar de la historia.
“Era una narrativa muy cinematográfica, primero porque tenía mucha influencia del cine, pero también porque al mismo tiempo era guionista y sus imágenes eran oníricas. Yo cada vez que leía lo que él escribía me lo imaginaba como una película, era muy fácil percibir en la mente lo que narraba”, comentó.
Las “narraciones contundentes” de Eliseo Alberto, hijo del poeta Eliseo Diego, le merecieron el Premio Nacional de la Crítica 1983 por La fogata roja , el Premio Gabino Palma por Informe contra mí mismo y, el que le dio mayor fama, el Premio Internacional Alfaguara de Novela 1998 por Caracol Beach.
“Tuve la fortuna de editar la novela Caracol Beach, que ganó el premio Alfaguara y fue una de las novelas que más me impactan por su narración, luego nuestra amista se afianzó cuando trabajamos el libro Informe contra mí mismo, donde revisamos fotografías personales, entrevistas y largas pláticas”, comentó Schulz.
Del cúmulo de anécdotas, la editora recordó cuando el escritor le platicó sobre su abuela, “una mujer de mucho sentido común”. “Eliseo se acordaba con mucho gusto de su abuela, una vez me contó que le preguntó cuál era el invento del hombre más importante del siglo y ella contestó confiada que el insecticida, lo mejor era la felicidad y risa con que lo contaba Eliseo”.
También, trajo a la memoria una cena en su casa donde se encontraron el Premio Nobel de Literatura 1982 Gabriel García Márquez, Mario Bellatin y Eliseo Alberto: “Un encuentro muy especial entre los escritores que tuve la fortuna de tenerlos en mi casa, se dio un momento ameno que no olvidaré”, acotó.
Para el analista de temas cubanos, Gilberto Calderón, Lichi fue uno de los literatos que “cantó la tristeza” de una generación de cubanos que nació y creció con las promesas de una revolución: “Eliseo Alberto reflejó con una enorme tristeza todas las tragedias de una generación de cubanos que se perdió dentro y fuera de Cuba”, indicó.

Descanse Libre, Descanse en Paz

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