EL MITO DEL LIDER. Dia 3 El "Liderazgo" Paternalista

Continuando con los Los Antiliderazgos, y siguiendo el maravilloso libro de Santiago Álvarez, El Mito del Líder, abordaré el espacio que dedica al Liderazgo Paternalista.

¿Pesco por ti, o te enseño a pescar para que puedas comer?, ¿Te resuelvo el problema, o te ayudo a que tu lo resuelvas? ¿Cual es el escenario en el que fraguare mejor la libertad, el desarrollo, la autoestima?

El esfuerzo adicional que supone en términos de tiempo en dichos escenarios (somos cicateros hasta con nuestros hijos en lo que respecta a nuestro tiempo), es lo que nos impide dar el salto cualitativo que éste conlleva.

Transcribiré el poema del poeta libanés Gibran, en el que alerta del peligro que conlleva el sentido de propiedad en la relación de padres sobre hijos:

“Vuestros hijos no son hijos vuestros.

Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma.
Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros.
Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darle vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergas sus cuerpos, pero no sus almas.
Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños.
Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer.
Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia adelante.
El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con Su poder para que Su flecha vaya veloz y lejana.
Deja alegremente que la mano del Arquero os doblegue.
Porque, así como El ama la flecha que vuela, así ama también al arco que es estable.”

Educar implica, entre otras cosas, ir retirándose progresivamente, y es así como se realiza el transito del niño al adulto agradecida.

Lincoln dijo “no se puede ayudar a los hombres haciendo permanentemente por ellos lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.”

Educación y libertad, dos palabras entrelazadas, dos ideas que se exigen recíprocamente.

“Algún efluvio especial que te lava el cerebro y el espíritu y te ordena: “durante ocho horas serás distinto. ¿Qué es lo que instantáneamente transforma al hombre en niño? Momentos antes él era un padre, un marido, propietario de una casa, votante, amante y adulto. Cuando hablaba al menos le escuchaba alguien. Los vendedores se afanaban en complacerle. Los agentes de seguros apelaban a su responsabilidad familiar y a veces la iglesia solicitaba su ayuda…. Pero eso era antes de que, arrastrándolos pies, pasara por delante del guarda, subiera las escaleras, colgase su abrigo y ocupara su lugar en la línea de montaje.” (En busca de la Excelencia, Peters y Waterman)

La relación paterno-filial, nunca es de dos adultos que hablan de tu a tu.

Quiero dedicarle hoy la pasión y entusiasmo que estoy dedicando a este blog y a la lectura de este maravilloso libro a un buen amigo y empresario Manuel Matías y a mi representada favorita.

Manuel, sé, porque te he acompañado, lo que has pasado y como has tenido que dejar a esa empresa que era tu hijo. Un abrazo.